lunes, 11 de agosto de 2008

Cuesta más aprender a llorar que a planchar

Querid@s amig@s, con mucho gusto les compartimos esta entrevista de la periodista Gema Martínez, del periódico Prensa Malagueña, con Antonio García, de AHIGE,

"Antonio García, hombre por la igualdad: «El hombre se escaquea con una sutileza increíble»
PIONERO. Antonio García es trabajador social y ha liderado este movimiento en Málaga. / ÁLVARO CABRERA

Así que el machismo perjudica seriamente a la salud de los hombres.

Sí. Perjudica a la salud de las mujeres, porque las mata, las esclaviza y les ha imposibilitado su desarrollo como personas; y también perjudica seriamente a la salud de los hombres, porque nos mete en el corsé de macho.

¿Cuesta ser macho?

Cuesta muchísimo. Cuesta la vida. Cuesta la salud (vivimos siete años menos), determina nuestras relaciones personales, nos quita cosas importantísimas. El problema es que no es evidente para los hombres instalados en el modelo tradicional. En función a ese modelo se cree que la vida es de una determinada forma y que no puede ser de otra. Tampoco se valoran las pérdidas. Una de las cosas que hace el machismo es que te quita la capacidad de ver lo que pierdes.

Y a usted, ¿cómo y por qué se le cayó la venda?

Algo se cocía ya, pero eclosionó cuando me fui un año a trabajar a Madrid, a un proyecto tecnológico. Dirigía una comunidad virtual de trabajadores sociales, que incluía a los colegios profesionales. Allí había 180 mujeres y 20 hombres, pero todo el equipo directivo era masculino. Cuando pregunté por qué, me dijeron que por nada en particular, que era simple casualidad. También vi que las mujeres se habían organizado mientras que los hombres seguían en Babia. Pensé que no era justo, y que los tíos no íbamos a ningún lado así.

Organizarse para cuestionar la masculinidad y para ponerse del lado de la mujer puede ser interpretado por muchos como una traición.

Sí, directamente. Y nos lo dicen. Traidores. Vendidos a las 'feminazis'.

¿Bueno! Hstéricas, elementas, y ahora 'feminazis'.

'Feminazis' es un término utilizado en algunos círculos de asociaciones de hombres....

¿Machistas?

Claro. El movimiento de hombres no es sólo el movimiento de hombres por la igualdad. Hay un movimiento de hombres en España -que no acaba de cuajar- que surge a partir del tema de los conflictos de las separaciones, y estos sí emplean el término. Para ellos, nosotros nos hemos vendido a las 'feminazis', directamente.

¿Qué le parece las 'miembras' de la ministra?

Estupendo. El lenguaje tiene que estar al servicio de las personas, y no al revés. La reacción que ha provocado es un síntoma de que hay muchos sectores sociales pendientes de ver qué ocurre ahí. Se ataca al asunto de 'miembras', porque es fácil, pero en el fondo se atacan muchas más cosas. También generó muchas reacciones el anuncio de que se iba a trabajar sobre el modelo de masculinidad. Fueron reacciones virulentas, porque es el núcleo del asunto. Mientras no me toques eso...

Y cuando un hombre mira desde la perspectiva de género, ¿Qué ve?

Un nuevo mundo. Cambia todo. Las feministas lo llevan diciendo mucho tiempo y es verdad. Yo lo he experimentado. Cuando te pones las gafas de género ya no te las puedes quitar, porque te has visto a ti mismo de forma distinta. Ves, por ejemplo, falta de libertad personal. Ves que estás determinado por unos mandatos. Ves que cosas que antes te importaban muchísimo pierden consistencia. También es verdad que aparecen dudas. Y ahora ¿Qué? El modelo patriarcal te quita libertad, pero también te marca el camino a seguir. La libertad da miedo. Para la libertad te tienes que preparar.

¿Supongo que ya ha aprendido a planchar?

¿Ya sabía! Yo recuerdo que mi madre se iba a caer para atrás cuando me vio la primera vez fregando platos. Se ponía muy nerviosa hasta cuando me levantaba en la comida a por un vaso de agua. Si su niño era autónomo para ir a por un vaso de agua, ¿cuál era su función en la vida? Las mujeres son esclavas del sexismo. Tienen que hacer también ese proceso de toma de conciencia.

Los hombres, antes de casarse, ¿deberían vivir un tiempo solos?

Sí. Sanísimo. Eso sería bueno para todo el mundo.

Ya, pero a las mujeres no parece que se nos caiga la casa encima.

Es cierto. Yo viví solo y recuerdo que más de una vez pensaba que no podía llevar eso adelante. Es que a nosotros no nos dijeron que la vida era así. Nos habían contado que el tema de la casa se hacía casi de forma automática, y que a eso no había que dedicarle esfuerzo. De pronto te encuentras que al esfuerzo de la vida hay que añadirle un esfuerzo personal, que es el de tu autocuidado y el de tu ambiente, que es básico. Además, es sanísimo hacerlo, pero al principio no lo ves como una liberación.

Y a llorar, ¿ha aprendido?

A llorar he aprendido, pero.... Estoy aún en el camino.

Es decir, que cuesta más aprender a llorar que a planchar.

Muchísimo más. El reto está ahí. Mira, el reto de la nueva paternidad no está solo en aprender a cambiar pañales. Eso se aprende en tres días. El reto está en implicarte emocionalmente con tus hijos e hijas. Los hombres lloramos en el cine viendo Bamby sin ningún tipo de problema, pero cuando se trata de admitir que el llanto significa 'no tengo solución', 'estoy desbordado', 'tengo miedo'... Eso ya cuesta.

¿Para cuándo un taller sobre las mil y una formas masculinas de escaquearse en el hogar?

Lo hemos hecho.

Porque el hombre, se escaquea.

El hombre se escaquea con una sutileza increíble.

Después dicen que las sibilinas son las mujeres.

Eso es mentira. Los hombres son simples cuando se trata de mirarse hacia adentro. No sabemos, nadie nos ha educado. Ahí funcionamos con esquemas muy simplones, porque no nos manejamos. Pero para otras cosas somos muy sibilinos, si no que le pregunten a las mujeres maltratadas sobre la capacidad de su parejas para, durante años, llevar un proceso sibilino de empoderamiento negativo sobre ellas.

A un 'grupo de hombres', ¿se llega tras una crisis?

No necesariamente. Hay distintas tipologías. Sí es verdad que hombres jóvenes, que están en plena ebullición de creerse que pueden comerse el mundo, se planteen otra cosa. Lo más habitual es que lleguen a partir de los treintaytantos.

¿Otro hombre es posible?


Sí. Ya está apareciendo. No están articulados y hay que buscarlos, porque son poquitos. Yo me daría por satisfecho si dentro de diez años los adolescentes tuvieran dos modelos de hombres donde elegir.

Los hombres machistas dicen que no lo son; que ya nos dejan trabajar.

Os dejan trabajar. ¿Claro! Sobre todo cuando se dieron cuenta de que así se podían comprar un coche más grande. Es la pregunta clave. Si preguntas a cualquiera de los hombres que están en la asociación (Ahige) que si son machistas, te dirán que sí. Es imposible que, aunque lo trabajemos, no tengamos mecanismos machistas. Cuando un hombre dice que no es machista es que ni siquiera se lo ha cuestionado".

1 comentario:

Chicas OV dijo...

excelente entrada
si pueden entren a nuestro blog!
chicasov.blogspot.com