ÁNGELES YÁÑEZ / EUGENIO RAVINET 20/11/2009
La XVIII Cumbre Iberoamericana de jefas y jefes de Estado y de
Gobierno, celebrada en San Salvador a finales de 2008, reunió a los 22
Estados miembros de la Conferencia Iberoamericana, los tres ibéricos -
España, Portugal y Andorra- y los 19 latinoamericanos de habla
española y portuguesa. En la Declaración de dicha cumbre se encargó a
la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y a la Organización
Iberoamericana de Juventud (OIJ) la puesta en marcha de una campaña de
sensibilización contra la violencia de género en la región,
especialmente entre jóvenes y en colaboración con las instituciones
existentes en los países dedicadas a esta materia.
Todos los Gobiernos de la región consideran indispensable impulsar
iniciativas de este tipo ante la dramática realidad de las miles de
mujeres, muchas de ellas jóvenes, víctimas de la violencia de género
en la región, maltratadas, golpeadas, asesinadas por hombres que son o
han sido sus parejas.
Fruto de este mandato de la cumbre nació la campaña Maltratozero que
hoy está presente en los medios de comunicación españoles a la vez que
en otros países iberoamericanos. Este hecho refleja un primer error en
el artículo del señor Lynch publicado ayer en este periódico. La
creatividad de esta campaña no ha estado a cargo del Ministerio de
Igualdad del Gobierno de España, sino de los dos organismos
internacionales que representamos quienes firmamos este artículo.
Las causas de la violencia sobre la mujer son muchas, complejas, y en
ocasiones varían entre países. La reproducción de situaciones vividas
en la familia, la vigencia de estereotipos machistas repetidos, aún,
por la publicidad y la televisión o la persistencia de una fuerte
inequidad en el ámbito laboral se encuentran entre las más comunes.
Sin embargo, nadie mínimamente serio y responsable se atrevería a
culpabilizar de la violencia de género a las propias mujeres,
especialmente a aquellas que defienden con más valentía sus derechos.
Incluyendo, por cierto, el de la libertad para decir "no" a una
pareja, ¿o es que sólo los hombres tienen derecho a rechazar a una
mujer?
El análisis que se realizó en la fase de preparación de la campaña,
basado en estudios regionales y nacionales, apunta a la raíz de la
violencia de género, que no es otra que la desigualdad entre mujer y
hombre, en cualquier nivel y ámbito de nuestras sociedades, y también
en el de las relaciones de pareja.
Un hombre dominador que se siente superior a su mujer tiene una mayor
tendencia a ejercer la violencia sobre ese ser irrelevante. A una
mujer que se siente inferior al hombre con el que vive le es más
difícil reaccionar y denunciar al primer atisbo de mal trato de
cualquier tipo. No hay nada mejor que defender ese statu quo de
profunda desigualdad, arraigada en lo más hondo de algunas personas,
para alentar la dominación que, demasiadas veces, acaba en el
maltrato.
De esa constatación surge el lema elegido para la campaña, "De todos
los hombres que haya en mi vida, ninguno será más que yo", en boca de
las mujeres; "De todas las mujeres que haya en mi vida, ninguna será
menos que yo", en boca de los hombres. Apuntando así a la igualdad, ni
más ni menos, un derecho humano fundamental y una conclusión evidente
del mensaje de la campaña, que no apunta a la supremacía de la mujer
sino a revertir la pretendida superioridad del hombre, allá donde aún
se encuentre.
La campaña se ha dirigido de manera especial a la juventud por la
constatación de que la prevención en edades tempranas es crucial para
erradicar la violencia contra la mujer. Se ha tenido en cuenta además
la multiculturalidad de las sociedades iberoamericanas, tanto en la
forma, grabando los mensajes en diversas lenguas, como en el fondo,
profundizando en el concepto de igualdad contra el maltrato.
La propuesta de campaña ha sido acogida de manera entusiasta por
muchos Gobiernos y organizaciones sociales iberoamericanas. Varias
dependencias gubernamentales que se ocupan de los temas de la mujer
(llamados Mecanismos de Adelanto en buena parte de los países de
América Latina) han hecho suya esta campaña y la están sacando a la
calle, como ha hecho en España con gran empeño y éxito el Ministerio
de Igualdad.
Cabe destacar los casos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México,
Paraguay, Perú, Portugal y Uruguay, países muy diversos, en los que
las mujeres sufren la violencia de género y que están utilizando los
recursos de la campaña, convirtiéndola en un caso único en el que los
Gobiernos iberoamericanos unen sus voces a las de la sociedad, por
primera vez con un mensaje común, para exigir el fin del maltrato y la
igualdad entre mujeres y hombres. Por tanto, uno de los fines de la
campaña es convertirse en un gran movimiento por la convivencia y el
respeto.
De hecho, la expansión de la campaña a través de Internet y de las
redes sociales está siendo impresionante. Cerca de 100.000 visitas a
la web de la campaña www.maltratozero.com y miles de adheridos a
través de las redes más populares. Resulta aleccionador comprobar
cómo, al igual que hombres y mujeres famosos y anónimos, todos de
forma voluntaria en los clips de la campaña, cientos de jóvenes se
suman a la misma grabando vídeos con su lema.
No vemos en ellos a mujeres arrogantes, victimistas, revanchistas o
agresivas, sino a jóvenes y mayores, conscientes de sus derechos y de
su dignidad, abiertas a una relación de respeto, en pie de igualdad.
Tampoco vemos a hombres sumisos, avergonzados o sometidos, sino a
jóvenes y mayores que no se sienten superiores porque no lo necesitan,
porque ya viven relaciones plenas, sin estar por encima de nadie,
relaciones en las que el maltrato no se concibe, ni en su casa ni en
la del vecino.
El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer. En España estará precedido por la
realización, los días 23 y 24, del Foro Internacional Jóvenes contra
la violencia de género, organizado por el Ministerio de Igualdad.
Esperemos que esta conmemoración coincida con una gran explosión de
sensibilidad hacia las mujeres que sufren esta violencia y de
desprecio hacia los violentos. Por ahora lo que hemos leído es la
culpabilización de las feministas por revanchistas, de todas las
mujeres madres y de algunas cantantes que "ni lloran ni piden perdón".
Gracias a todas las personas que apoyan esta causa, a través de la
campaña y en el día a día, y vaya también el agradecimiento de
nuestras organizaciones a los Gobiernos iberoamericanos comprometidos
con el maltratozero.
http://www.elpais.com/
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