Sumando y Multiplicando Esfuerzos por la Equidad de Género
jueves, 27 de octubre de 2011
miércoles, 26 de octubre de 2011
Cuerpos del 1/2: Carta a mi Cuerpo: Un testimonio de Sarah Graham s...
Cuerpos del 1/2: Carta a mi Cuerpo: Un testimonio de Sarah Graham s...: Seguimos adentrándonos en el mundo de los podcasts, cuyas primeras entregas consisten en una serie de relatos intersex. En esta segunda entr...
lunes, 17 de octubre de 2011
viernes, 7 de octubre de 2011
Barcelona CIME 2011 Ya se ha iniciado el Congreso
Con regocijo les anunciamos que ya se ha iniciado el CIME 2011 en Barcelona. Pueden seguir su desarrollo desde su portal, haciendo click en el logo a la izquierda o a través del enlace siguiente: <http://www.cime2011.org/index.html>.
En Facebook pueden seguirle por: <https://www.facebook.com/pages/CIME-2011/258183364213645>
También les recomendamos Homes Igualitaris: <https://www.facebook.com/pages/Homes-Igualitaris/176105089115155>
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miércoles, 5 de octubre de 2011
Transmisión en vivo desde San Salvador
En un par de horas en San Salvador se estará iniciando la actividad descrita en el cartel. En el Programa se incluye un punto de Homenaje a "Aliad@s para la equidad de género" en el cual se incluyen a nuestros amigos John Bayron Ochoa Holguín, de Progressio, Joel Códova Cardoza, de Contrasida, Oscar Vázquez Martínez, de la UCA y otras personas más.
El evento será transmitido en vivo y en tiempo real y puede accesarse por el siguiente enlace: <http://es.justin.tv/foromasculinidades>
Les esperamos
El evento será transmitido en vivo y en tiempo real y puede accesarse por el siguiente enlace: <http://es.justin.tv/foromasculinidades>
Les esperamos
sábado, 1 de octubre de 2011
Ya faltan solo 6 días CIME 2011 Barcelona 7 y 8 de Octubre, 2011
El próximo Viernes 7, en Barcelona, se darán cita hombres y mujeres del Estado español, América Latina y otras partes del mundo, convocados por el Congreso Iberoamericano de Masculinidades y Equidad: Investigación y Activismo, CIME 2011, la cita más importante después del Simposio Global "Involucrando hombres y niños en la equidad de género" realizado en Río de Janeiro, del 30 de Marzo al 3 de Abril de 2009.
Les invitamos a visitar el sitio del CIME 2011 http://www.cime2011.org/index.html
Les invitamos a visitar el sitio del CIME 2011 http://www.cime2011.org/index.html
jueves, 15 de septiembre de 2011
El Salvador Flashmob Nuevas formas de movilización contra la violencia hacia las mujeres
En El Salvador a la fecha ya han muerto más mujeres que los días que han transcurrido en este 2011. En la inmensa mayoría de los casos los victimarios han sido hombres. Y no hablamos de muertes "naturales" víctimas de la violencia estructural, sino de las mujeres asesinadas, víctimas de la violencia basada en género. Víctimas del femicidio.
Para que esto no se convierta en un debate sobre estadísticas, es urgente y necesario que los hombres nos vayamos involucrando en acciones contra la violencia basada en género. Que empecemos a ser parte de la solución y no solamente parte del problema.
Este Foro, acorde con su lema: "Sumando y multiplicando esfuerzos por la equidad de género" se suma a otros hombres y grupos que están organizando acciones contra la violencia hacia las mujeres. No somos los primeros en convocar y no queremos serlo, no queremos ser los primeros en nada, porque asumimos la competencia como uno de los ejes fundamentales en que se contruyen las masculinidades hegemónicas.
No pretendemos "sacar pecho" con esta iniciativa, sino solamente asumir con responsabilidad lo que es una obligación de todos.
Así, el próximo Lunes 19 de Septiembre a de las 16:00 a las 16:15 horas hombres convocados por esta idea estaremos en San Salvador, en la esquina de las 5 letras de "METRO" para juntarnos con y sumarnos a aquellos que quieran manifestarse contra la violencia hacia las mujeres.
Así lo haremos a partir de esa fecha, todos los Lunes de Septiembre, Octubre y algunos de Noviembre, hasta cuando el 26 de Noviembre iniciemos las "Jornadas de hombres contra la violencia hacia las mujeres" que se prolongará hasta el 10 de Diciembre.
No llevaremos banderas y emblemas del Foro, porque lo que vale no es elevar el perfil del Foro, sino poner en los espacios públicos, lo que sigue manejándose como asunto privado: la violencia de los hombres contra las mujeres.
A continuación transcribimos un artículo que puede dar una idea de interesantes posibilidades de movilizacion social.
Tomado de Wukipedia
Flashmob
Un flashmob, traducido literalmente de inglés como «multitud
instantánea» (flash: destello, ráfaga; mob: multitud), es una acción organizada
en la que un gran grupo de personas se reúne de repente en un lugar público,
realiza algo inusual y luego se dispersa rápidamente. Suelen convocarse a
través de los medios telemáticos (móviles e Internet) y en la mayor parte de
los casos, no tienen ningún fin más que el entretenimiento, pero pueden
convocarse también con fines políticos o reivindicativos.
Una de las particularidades de estas «tribus temporales» es
que no requieren contar con el apoyo de los mass media para comunicarse,
coordinarse y actuar de manera conjunta, ya que su comunicación funciona a
través de redes sociales virtuales. Se trata de individuos que, apoyados por
las tecnologías de comunicación, difunden mensajes a sus redes sociales de
amigos y conocidos, los cuales hacen lo mismo hasta construir una gran cadena
de comunicación que es capaz de movilizar a miles de personas.
Organización
Basta con que alguien convoque a una manifestación a través
de un mensaje, canalizado por algún soporte digital, para que comience el
efecto «bola de nieve». Algunos de los canales utilizados son:
- Dispositivos con conexión a Internet, web, foros, comunidades virtuales, e-mail, blog, chat.
- Cadena de mensajes de texto.
- Transferencia de boca a oreja.
En estos mensajes se informa el día, lugar y hora exacta del
encuentro. Ya que los flashmob pueden durar apenas unos minutos, se requiere
que todos los participantes sincronicen sus relojes bajo una hora oficial. Otra
particularidad de este fenómeno es que a los convocados no siempre se les
informa sobre el tipo de movilización que se realizará, ya que eso se comunica
en el mismo lugar de encuentro (o en un bar cercano a donde se hará la
manifestación).
Orígenes
El fenómeno de los flashmobs comenzó con la publicación en
octubre de 2002 del libro del sociólogo Howard Rheingold, “Smart Mobs: The Next
Social Revolution”. En este libro el autor predecía que la gente usará las
nuevas tecnologías de comunicación (Internet, teléfonos móviles) para
autoorganización. En junio de 2003 Rob Zazueta de San Francisco, después de
haber leído las obras de Rheingold, creó la página web flocksmart.com en la que
por primera vez los mobbers empezaron a planear sus reuniones.
El primer flashmob se organizó en Manhattan el 3 de junio de
2003 por Bill Wasik, editor junior de Harper’s Magazine. El origen de este
flashmob fue desconocido hasta que Wasik publicó un artículo sobre su creación
en marzo de 2006 en una edición de Harper’s Magazine. Este primer intento fue
un fracaso, ya que alguien le contó a las personas de la tienda sobre lo que
iba a pasar.
El primer flashmob que tuvo éxito se realizó el 17 de junio
de 2003 en Nueva York, EE.UU., en el departamento de ventas de Macy’s. Para
prevenir los problemas del primer intento, Wasik se reunió con los
participantes en unos puntos de encuentro preliminares –cuatro bares de
alrededores de Manhattan– donde fueron repartidas las instrucciones con la
información sobre lo que iban a hacer y el lugar donde se realizará el evento
justo antes del comienzo de éste.
Así, más de 100 personas subieron a la novena planta de
Macy’s, donde se encontraba su departamento de alfombras y se reunieron
alrededor de una alfombra carísima. Cualquiera, a quien se acercara el
dependiente de la tienda, le contestaba que ellos vivían juntos en un almacén
de afueras de Nueva York, y que todos ellos han venido a comprar “La Alfombra
de Amor”, ya que todas sus decisiones las tomaban en grupo.
Objetivos y derivaciones
Los flashmobs empezaron como espectáculos sin sentido, y se
considera que la única razón posible para organizar estos encuentros es la
diversión. Los matices sociales y políticos convierten los flashmobs en
smartmobs. Sin embargo, hoy en día a todos los eventos socio-políticos de estas
características se les suele denominar flashmobs. Es la manera más fácil,
operativa y menos peligrosa de mostrar la opinión pública o llamar la atención
hacía algún problema existente.
Las absurdmobs tienen un matiz diferencial y es que se
centran en generar actos colectivos de invasión en el orden social a través de
llevar a cabo un gesto absurdo multitudinario. La primera absurdmob se realizó
el 9 de noviembre de 2006 en Barcelona (España), consistió en unas 25 personas
que empezó a chutar latas de coca cola en la plaza del Borne, y posteriormente
se dispersaron. La otra característica de las absurdmobs es que las imágenes de
documentación que los absurdmovers registran en sus acciones son reutilizadas
si se desea de modo absurdo, como por ejemplo, utilizar las imágenes de la
chutada de latas para enviarles un mail a coca cola y decirles que esa
actividad fue una manifestación con el siguiente lema: la coca cola ya no tiene
el mismo gusto."
La segunda absurdmob que se conoce fue realizada por una
serie de alumnos universitarios también de Barcelona, consistía en movimiento
desordenado de las sillas de una aula, estas imágenes sirvieron para una
protesta enviada al Ministerio de Educación con el siguiente lema: «protesta de
los alumnos no becados por el ministerio».
Los objetivos de las absurdmobs como su nombre hace prever
retoman el carácter inicial de las primeras flashmobs: actividades comunitarias
de autoorganización con medios telemáticos, el objetivo de las absurdmobs es
potenciar el carácter de espectacularización que conlleva ponerse de acuerdo multitudinariamente
para una actividad absurda y un proceso de manipulación del sentido que pueden
tener las imágenes de multitudes en los medios.
miércoles, 14 de septiembre de 2011
EL SALVADOR Procesos Básicos de Masculinidades Foro Permanente de Estudios sobre Masculinidades
Con el Objetivo de Promover el involucramiento de hombres en la equidad de género, durante los meses de Septiembre y Octubre, en San Salvador y Chalatenango, estaremos desarrollandoProcesos Básicos de Masculinidades conformado por cuatro Talleres Vivenciales para hombres, en el marco de las Jornadas "Construyendo correlación para la equidad de género en los ámbitos local e institucional".
El Proceso concluye con una actividad conjunta con mujeres denominada "Presentación de Compromisos Personales por la equidad de género". Posteriormente a los talleres del Proceso Básico, los participantes desarrollarán acciones en el marco de la Jornada de hombres contra la violencia hacia las mujeres, que se desarrollará desl 26 de Noviembre al 10 de Diciembre
Las Jornadas se realizan en alianza con la Corte Suprema de Justicia, a través del Programa de Masculinidades del Area de Investigaciones de la Sala de lo Civil, y con la Unidad Técnica Ejecutiva de la Comisión Coordinadora del Sector de Justicia, para el caso de San Salvador y con el Comité Interinstitucional contra la Violencia, en el caso de Chalatenango.
Para ambos procesos se contará con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas.
viernes, 9 de septiembre de 2011
Esta mañana en San Salvador fue presentada oficialmente la "Política Institucional para la Equidad e Igualdad de Género de la Policía Nacional Civil 2011-2021".
Ante una nutrida concurrencia el Director General de la PNC Comisionado Carlos Antonio Ascencio Girón entregó oficialmente la Política a la Directora del ISDEMU Licenciada Yanira Argueta.
En los Agradecimientos de la Política se señala: "La Política de Equidad de Igualdad de Género, es el resultado de los aportes de diferentes personas que representan a entidades del Estado, de la sociedad civil y de la cooperación internacional a quienes se agradece su tiempo, información, conocimiento, apertura y experiencia proporcionada en el proceso llevado a cabo".
El Foro Permanente de Estudios sobre Masculinidades, felicita a las altas autoridades y saluda a todas y todos las mujeres y hombres de la corporación policial que tras dos años de esfuerzos han logrado entregar a la institución y a la sociedad salvadoreña tan importante documento normativo.
Desde este espacio manifestamos nuestra disposición a seguir sumando nuestros esfuerzos, como en el pasado, para lograr los objetivos comunes de promover la incorporación de los hombres en la equidad de género.
Ante una nutrida concurrencia el Director General de la PNC Comisionado Carlos Antonio Ascencio Girón entregó oficialmente la Política a la Directora del ISDEMU Licenciada Yanira Argueta.
En los Agradecimientos de la Política se señala: "La Política de Equidad de Igualdad de Género, es el resultado de los aportes de diferentes personas que representan a entidades del Estado, de la sociedad civil y de la cooperación internacional a quienes se agradece su tiempo, información, conocimiento, apertura y experiencia proporcionada en el proceso llevado a cabo".
El Foro Permanente de Estudios sobre Masculinidades, felicita a las altas autoridades y saluda a todas y todos las mujeres y hombres de la corporación policial que tras dos años de esfuerzos han logrado entregar a la institución y a la sociedad salvadoreña tan importante documento normativo.
Desde este espacio manifestamos nuestra disposición a seguir sumando nuestros esfuerzos, como en el pasado, para lograr los objetivos comunes de promover la incorporación de los hombres en la equidad de género.
jueves, 8 de septiembre de 2011
Esta tarde de Jueves 8 de Septiembre en San Salvador concluyó exitosamente el Taller "Nuevas masculinidades y cultura de paz" organizado por la Fundación Directa, UNFPA, AECID y Red Iberoamericana de Masculinidades.
El Taller fue facilitado por Ma. Angeles Sallé, de Fundación Directa y José Roberto Luna, de UNFPA Guatemala.
En el acto de clausura estuvo presente la Representante del UNFPA en El Salvador. Doña Elena Zúñiga H.
El Taller fue facilitado por Ma. Angeles Sallé, de Fundación Directa y José Roberto Luna, de UNFPA Guatemala.
En el acto de clausura estuvo presente la Representante del UNFPA en El Salvador. Doña Elena Zúñiga H.
EL SALVADOR "Taller Nuevas masculinidades y cultura de paz" FUNDACION DIRECTA, AECID, UNFPA
La mañana de ayer 7 de Septiembre, en San Salvador dio inicio el Taller "Nuevas masculinidades y cultura de paz", organizado por Fundación Directa, España, AECID y UNFPA El Salvador y facilitado por Ma. Angeles Sallé, de Fundación Directa y José Roberto Luna, de UNFPA Guatemala.
En la foto Ma. Angeles Sallé durante su ponencia Una aproximación desde "la otra mitad": Las desigualdades de género en clave femenina
El taller continúa este día con el siguiente Programa: La reflexión compartida "Nuevas masculinidades para generar una nueva cultura de paz" y Enfocando la acción: "Oportunidades para la puesta en marcha y financiación de nuevos proyectos en la materia" y "Construyendo juntos una agenda de prioridades y proyectos viables".
La semana anterior el taller fue realizado en Honduras con mucho éxito al igual que ha sucedido el día de ayer.
Desde este espacio les deseamos muchos éxitos!
Mayor información sobre esta iniciativa en:
http://pazcasas-pazcalles.blogspot.com
http://www.facebook.com/pages/Paz-en-las-casas-Paz-en-las-calles
En la foto Ma. Angeles Sallé durante su ponencia Una aproximación desde "la otra mitad": Las desigualdades de género en clave femenina
El taller continúa este día con el siguiente Programa: La reflexión compartida "Nuevas masculinidades para generar una nueva cultura de paz" y Enfocando la acción: "Oportunidades para la puesta en marcha y financiación de nuevos proyectos en la materia" y "Construyendo juntos una agenda de prioridades y proyectos viables".
La semana anterior el taller fue realizado en Honduras con mucho éxito al igual que ha sucedido el día de ayer.
Desde este espacio les deseamos muchos éxitos!
Mayor información sobre esta iniciativa en:
http://pazcasas-pazcalles.blogspot.com
http://www.facebook.com/pages/Paz-en-las-casas-Paz-en-las-calles
domingo, 21 de agosto de 2011
EL SALVADOR Nuevas masculinidades y cultura de paz RED IBEROAMERICANA DE MASCULINIDADES
Taller NUEVAS MASCULINIDADES Y CULTURAS DE PAZ. El Salvador
Días: 7 y 8 de septiembre 2011.
Hora: 8:30 a.m a 4 p.m.
Lugar: Hotel Crowne Plaza
El Contexto
• Bienvenida e inauguración. Oficial a Cargo de UNFPA, y Representante de la AECID.
• Presentación de las entidades, objetivos y dinámica del taller. Dr. Julio César González Pagés, coordinador de la Red Iberoamericana de Masculinidades, y Mª Ángeles Sallé, Presidenta de Fundación Directa.
• Ronda de presentación de los asistentes. Quién soy, qué traigo y qué espero lograr con mi participación en el taller.
• Macho, varón, masculino: Una visión global acerca de la construcción social, cultural y psicológica de las identidades masculinas, así como sus efectos en las distintas manifestaciones de violencia. Dr. Julio César González Pagés.
• Contexto, experiencias y desafíos desde una perspectiva territorial. Diagnóstico participativo.
• Una aproximación desde “la otra mitad”: Las desigualdades de género en clave femenina. Mª Ángeles Sallé.
La reflexión compartida
• Taller “Nuevas masculinidades para generar una nueva Cultura de Paz”. Dr. Julio César González Pagés.
Enfocando la acción
• Oportunidades para la puesta en marcha y financiación de nuevos proyectos en la materia. Mª Ángeles Sallé.
• Construyendo juntos una agenda de prioridades y proyectos viables. J.C González Pagés; M.A Sallé y UNFPA.
• Conclusiones, evaluación y cierre del taller.
domingo, 7 de agosto de 2011
sábado, 6 de agosto de 2011
EL SALVADOR Yo violada 4a. parte SALA NEGRA EL FARO.NET
Cuarta Parte
Cayó profundamente dormida. A la mañana siguiente, los
dolores en todo el cuerpo y una leve hemorragia vaginal le confirmaron que no
había sido una pesadilla. En las horas que pasó despierta en la cama, hasta que
su madre y su padrastro se fueron, Magaly se reafirmó en lo que desde el día
anterior era ya una convicción: trataría de sobrellevar esto sola. Tomada la
decisión, y confiada en que los dolores se irían solos, emergieron las tres
preocupaciones principales: un posible embarazo, el sida y la pérdida del año
escolar. La posibilidad de denunciar ni siquiera la consideró. "Yo creo en
un dios que todo lo sabe y todo lo puede, y él tarda pero nunca olvida",
me respondió en una ocasión cuando le pedí un porqué.
De los tres problemas, el de las clases es el que primero se
solucionó. Dejó pasar unos días y, primero por teléfono y luego en persona, Magaly
contó lo sucedido a su maestra y luego al director. Entre los tres improvisaron
una manera de pasar el grado haciendo las tareas en casa, sin asistir a la
escuela donde el encuentro con sus violadores era inevitable, y no solo con los
violadores.
—Mirá –le dijo un compañero una vez que llegó a arreglar su
situación–, dicen que aquellos tuvieron fiesta. ¿Cuándo me va a tocar a mí?
Disipar la duda del VIH tomó más tiempo, pero lo cierto es
que esta posibilidad nunca llegó a atormentarla porque palidecía ante lo que
Magaly consideraba la preocupación mayor: el embarazo. Para poder dimensionar
su aflicción, hay que conocer un poco mejor a su madre. "Yo hace dos años
no existía", me dijo en una ocasión Magaly. Se refería a que hasta poco
antes de cumplir los 18 no estaba asentada en ningún lado, por lo que no tenía
ni partida de nacimiento ni ningún otro documento. Su hermana Vanessa aún está
en esa situación. Para la madre no son cuestiones relevantes, mucho menos para
el padrastro, por quien Magaly siente una profunda animadversión.
Hace más de una década el Estado quitó a la madre la tutela
de sus hijos, y Magaly tuvo que pasar seis oscuros meses en un centro del
Instituto Salvadoreño de Protección al Menor. El último hijo, el noveno, la
madre lo regaló a un hermano para que él lo asentara como propio. Sin embargo,
Magaly siente hacia ella una rara mezcla de respeto, cariño y temor que, para
bien o para mal, ha marcado su manera de ser. "Yo no soy nadie para juzgar
a mi nana", me dijo otra vez. En su casa se vive una férrea dictadura en
la que la única opción para los hijos es obedecer. Bajo ninguna condición se
puede salir después de anochecer, por lo que la adolescencia de Magaly siempre
estuvo carente de fiestas, de bailes, de borracheras, de noviazgos, de vida
social. Una vez le pregunté cuál de sus cumpleaños recordaba más. "El de
los 15 años", respondió. "¿Y cómo fue la fiesta?", insistí.
"¿Cuál fiesta? –dijo–. Si nadie se acordó, por eso nunca se me olvida.
Nadie… ni mi mamá".
En estas circunstancias familiares Magaly hizo frente a las
secuelas de su violación. Primero calló. A los dos días la tuvo que ver una
médica por primera vez, y le detectó una fuerte inflamación en la matriz,
además del sangrado que duraría semanas. Unos antibióticos y para casa. Magaly
comenzó a tomar cualquier cosa que le dijeron que podría tener propiedades
abortivas o curativas: agua de canela, agua de chichipince, hierba del toro,
orégano… Su hermano Guille, el único de la casa que lo sabe, se convirtió en su
aliado. El leve sangrado nunca cesó; los dolores se incrementaron. Su madre
comenzó a interesarse y hasta la llevó a un doctor de confianza, al que Magaly
le contó todo a cambio de que no dijera nada a su madre. La refirieron al
Hospital de Maternidad, en San Salvador. Tenía la convicción absoluta de que
uno de sus violadores la había embarazado.
En esas vueltas estaba cuando aquella mañana de inicios de
julio me soltó por el messenger que la habían violado. Quizá solo quería
desahogarse, quizá solo quería ayuda. Le conté el caso a un amigo que a su vez
buscó a una conocida de un colectivo feminista de esos que diz que ayudan a
víctimas como Magaly, a pesar de ser El Salvador un país en el que el aborto
está estrictamente prohibido. Ese intento naufragó porque los requisitos eran
de imposible cumplimiento para un joven humilde, sola y asustada. La ayuda
ofrecida, además, nunca fue más allá de una asesoría telefónica.
“La vida es hermosa”, inició Magaly otro chat 18 días
después de haberme dicho que el Barrio 18 la había violado. “Me duele un poco
pero estoy bien, siento como si estoy pariendo no se que sea eso”, escribió.
“Solo tengo que comprar unos antivioticos para que no alla infección”,
escribió. “Unas amoxicilina 500 me dijeron que es bueno”, escribió. “Si, me desangraron
de ambos lados fui al hospital y me hicieron una radigrafia en la parte de
pelvis no podia detener la sangre mi mami cree que fue la ulcera que me queria
reventar”, escribió. “Estuve tres dias en el hospital”, escribió.
Además, las pruebas de VIH salieron negativas.
A Magaly le gusta mirarse en un espejo que hay en el baño de
la casa y hablar en voz alta con su reflejo. Quizá esa noche en la que sus tres
problemas se solucionaron se miró fijamente a los ojos, se quiso engañar a sí
misma y se dijo: gracias a dios, todo ha pasado.
* * *
—Tu hermana Vanessa tiene ya 10 años y podría sucederle lo
mismo. ¿No crees que deberías contárselo?
—El problema es que ella es bien bocona, y se lo diría a mi
mamá. Lo que hago es aconsejarle.
—¿Y a tu madre? Magaly, han pasado ocho meses y había
amenazas de los pandilleros; creo que entendería que en su día no le dijeras
nada. ¿Por qué no te sientas con ella un día y le cuentas?
—No, mejor no. Es que mi mamá no es de razones…
—¿Pero cuál es el temor?
—No sé. Diría que algo habría hecho, o que me pasó por andar
con gente que no debo… A saber.
—¿Y a tu padrastro?
—¡Peor! Es que… a ver… Mi casa no es así como usted piensa.
Si algún día yo salgo embarazada, me echan. Ya me lo han dicho.
* * *
En los últimos meses he quedado tantas veces con Magaly que
me he propuesto que el de hoy sea el último encuentro. Sé más de ella que de mi
propia hermana.
Es sábado en la tarde, y la cita es en una pastelería del
centro comercial Metrocentro. Magaly, que ya ha cumplido los 19 años, se
presenta con unos jeans ajustados coronados por un grueso cincho, una blusa
blanca de botones y unos zapatos de medio tacón. Luce bonita, demasiado quizá
para la ocasión, como si viniera de una discoteca. Solo los cuadernos que carga
bajo el brazo respaldan su discurso de que viene del instituto en el que cursa
primer año de bachillerato en la modalidad a distancia. En su colonia no podía
estudiar, pero se inscribió en un centro de San Salvador y asiste los sábados.
“Si dios me lo permite, quiero llegar a la universidad”, me dijo otro día.
Mi idea es hablar lo mínimo sobre la violación, pero ella
saca el tema: dos pandilleros violaron hace pocos días a Patty, una conocida de
la colonia de la que ya me había hablado. Como todas y cada una las desgracias
que le ocurren, esta también la cuenta sin la más mínima expresión de extrañeza
en su rostro. En vidas como la suya cosas así no son algo estridente.
Su vida ha cambiado desde la violación. Cuando está en la
colonia, no sale de casa, y el contacto con sus violadores es casi nulo. Hace
un par de semanas vio por televisión a dos de ellos, cuando fueron presentados
tras ser detenidos en un operativo de la Policía Nacional Civil. Supo también
de otro al que lo asesinaron en la colonia. Magaly lo llama justicia divina, y
está convencida de que, más temprano que tarde, le llegará a todos los que
participaron en el trencito.
En su casa nadie sabe nada de la violación; solo Guille, que
ya tiene 13 años. La férrea disciplina que impone la madre ha servido al menos
para alejarlo del Barrio 18. Magaly me dice que hace unas semanas logró que su
hermano le jurara que nunca diría nada a su mamá. Lo hizo después de que una
noche en la que habían discutido, Guille jugara con fuego. “Mami, ¿recuerda aquella
vez que la Magaly dijo que estaba enferma y que no la molestáramos?”. Magaly se
le quedó mirando. Guille se rio e improvisó una respuesta falsa.
Siento que Magaly sigue siendo en muchos aspectos una niña,
una niña a la que violaron no menos de 15 pandilleros durante más de tres horas
y tuvo que callar. Nadie lo diría si la viera aquí y ahora, sonriente como casi
siempre. Hay mucha confianza ya y le comento que esta tarde se ve especialmente
bonita. Se ruboriza.
—Es que… ¿le puedo contar algo? –me dice.
—A ver.
—No sé… Es que… me da pena contárselo…
—Me ha contado toda su vida, Magaly.
—Pues es que estos jeans me costaron solo dos dólares. Es
que… es ropa usada. En Navidad vamos con mi mamá y la compramos en un local que
se llama Santa Lucía; queda por ahí, por Simán centro.
(Los nombres de la mayoría de las personas que aparecen en
este relato se han modificado para proteger su vida; también algunos lugares y
otros detalles que podrían resultar comprometedores)
EL SALVADOR Yo violada 3a. parte SALA NEGRA EL FARO.NET
Tercera Parte
Entró el primero de sus violadores. Nunca supo si era el
palabrero o el cumpleañero. Se quitó la calzoneta, le ordenó tumbarse boca
arriba y abrirse de piernas, y comenzó a violarla, a pelo, y Magaly lloró, con
la cabeza volteada hasta casi desencajarla del cuello para intentar evitar los
besos y las lengüetadas, y quizá pensó en la hora eterna y maldita que tenía
por delante, una hora de dolor rabia sangre impotencia saliva asco tortura
vergas resignación, resignación infinita ante lo que se asume como inevitable,
cuando se ha conocido tanta mierda que una violación tumultuaria forma parte
del guion, algo que puede pasar, que de hecho estuvo a punto de pasarle cuando
tenía 10 años, la edad de Vanessa, cuando vivían en un mesón en Mejicanos, y un
hombre aprovechaba las ausencias de su madre para tocarla y obligarla a tocarle
a él, hasta que un día le mordió la mano, se defendió, aunque hacer algo así en
la violación no era siquiera opción, moriría ahí mismo, la destazarían, porque
el Barrio 18 viola destaza asesina descuartiza mata, y por eso no gritó, aunque
sabía que estaba en una casa en un pasaje en una colonia populosa, a primera
hora de la tarde, mientras los vecinos veían telenovelas o National Geographic,
y Magaly llorando, y solo cuando se le disparaban los decibeles de su llanto,
el violador le decía que callara, puta, que callara… hasta que él se fue y se
fue, pero al poco vino uno; no, dos, y la violaron a la vez, sin importarles la
sangre, y le decían: ponete así, hacele así… y entró un tercero con un
teléfono, lo puso cerca de la boca de Magaly, y le dijo: ahora chillá, gemí,
perra, que te oiga, y quizá en una cárcel salvadoreña alguien tirado sobre un
catre se masturbaba con ese dolor, ese dolor interminable, porque al terminar
uno, empezaba otro, y luego el otro, y luego el otro…
—Mirá –se encaró con el que creyó que era el sexto–, el que
habló por teléfono dijo que solo iban a ser cinco y una hora.
—Pero él no está aquí ahorita –le respondió–, así que no
estés pidiendo gustos. Abrite, pues.
Más llanto, más semen juvenil, y el dolor cada vez más
agudo, y uno y otro y otro más, y dos al mismo tiempo, y tres, y vuelta, y
vuelta, y hasta un grupito que se sentó en el suelo de la habitación, mirando,
riendo, grabando y tomando fotos con el celular, jugando, violadores mareros
pandilleros de 12 años –doce–, de 14, de 18… hasta que apareció uno al que le
dio asco el sudor ajeno, la sangre, y pidió a Magaly que se fuera a bañar
rápido, que bebiera un poco de agua, que dejara de llorar, uno que le preguntó
si le estaba gustando la fiesta, y luego a empezar de nuevo, y a llorar de
nuevo, el undécimo, o el octavo, o el decimocuarto... ¿cómo saberlo? Más de uno
repitió, porque tiempo hubo para humillar un cuerpo hasta la saciedad,
sodomizarlo vejarlo ultrajarlo malograrlo envejecerlo, marcarlo de por vida, y
el hilito de sangre que no cesaba, y las lágrimas y los ojos rojos siempre
acuosos hinchados resignados… hasta que al fin terminó, cuando todos, donde
todos incluye a pandilleros y a aspirantes, se cansaron de penetrarla, de darle
nalgadas, de montarla, y su dios, el dios al que le reza cada noche con sus
hermanos, a saber dónde putas estaba ese día.
—Puya, mirá esta maldita cómo está sangrando –le dijo un
pandillero a otro, riendo, mientras Magaly intentaba recomponerse–. Dan ganas
de picarla, vos.
—Callate, vos, que nos vamos a echar un huevo encima.
Además, ¿que no mirás que estaba virga la bicha?
Como pudo, Magaly se vistió y salió de la habitación. Eran
las 4:30 de la tarde. La despedida fue una frase: si abrís la boca, iremos a
tirar una granada en tu casa. Cojeaba y los ojos siempre acuosos hinchados
resignados. Así la vio su hermana cuando salió del pasaje. Pero Vanessa es niña
todavía, 10 años, se ve niña. Le reclamó de forma airada la interminable
espera, y Magaly prefirió no decirle nada. Ahorita no me hablés que me duele
mucho la cabeza, respondió. También le dijo que se había torcido un tobillo.
Caminaron hasta la casa. Guille abrió la puerta. También él preguntó, más
consciente a sus 12 años de lo que podía haber pasado, pero respetó las ganas
de silencio de Magaly. Fue al baño. Se duchó largo, se restregó bien por el
asco. Tomó un par de diazepam y se encerró en su cuarto, que no era suyo sino
de los tres hermanos.
—Díganle a mi mamá que estoy enferma, que no vaya a molestar
–fue lo último que dijo el día de la violación.
Le costó, pero al rato cayó profundamente dormida.
* * *
La sicología forense es la herramienta que permite traducir
una evaluación sicológica al lenguaje legal que se maneja en los juzgados. El
trabajo de un sicólogo forense consiste pues en tratar tanto con víctimas como
con victimarios; los escucha, los analiza, los evalúa y los interpreta.
Marcelino Díaz es sicólogo forense en El Salvador. Trabaja desde 1993 en el Instituto
de Medicina Legal, institución adscrita a la Corte Suprema de Justicia. Por su
despacho de dos por dos metros han pasado violadas y violadores, incontables
ya. La segunda vez que me recibió, cuando le saqué el tema, alzó desde detrás
de la mesa una gran bolsa blanca llena de peluches. Me explicó que se los pide
a sus alumnos de la universidad, para romper el hielo cuando evalúa a niñas
violadas, algo que ocurre con demasiada frecuencia.
—Una de las cosas que he logrado entender de las pandillas
–me dijo Marcelino, también un convencido de que las maras son responsables
directas de buena parte de la violencia que embadurna el país– es que ellos se
creen diferentes; a los demás nos dicen civiles. Se consideran con el derecho a
hacer lo que les da la gana y por la impunidad que hay, hoy pueden tomar a la
mujer que se les antoja.
La historia de Magaly era ya un drama infinito, pero en
singular; no fue hasta que hablé con Marcelino cuando comprendí que es algo
generalizado, que no es exclusivo del Barrio 18 o de la Mara Salvatrucha;
comprendí que las violaciones tumultuarias no son algo extraordinario en El
Salvador; comprendí que Magaly hasta podría considerarse una afortunada.
—Con los años –me dijo–, las violaciones de los pandilleros
han ido cambiando, especialmente en conductas sádicas. Lo último de lo que he
tenido conocimiento es que toman a una joven, la desnudan, alguno se pone entre
las piernas para violarla, otros la levantan, le agarran las piernas y, cuando
la están violando, uno más le clava un puñal en la espalda, para que ella se
mueva. Es una conducta totalmente sádica, bestial… no tiene nombre.
Las pláticas con Marcelino resultaron una sucesión de
titulares, cada cual más cruel y desesperanzador: “Los pandilleros tienen un
odio tremendo a la mujer, por la destrucción de cuerpos que hacen”; “las
denuncias son solo la punta del iceberg de todas las violaciones que hay”; “hay
niños de 12-13 años que ya son violadores”; “las están prefiriendo de 14 o 15
años, son las que más aparecen muertas”; “el sistema educativo es una fracaso,
pero parece que nadie lo quiere señalar”; “no le veo solución al problema de
las pandillas”.
Le esbocé lo vivido por Magaly y mencioné su aparente
fortaleza emocional. Marcelino respondió que cuando se crece en un ambiente de
amenaza constante, como lo es una colonia dominada por pandilleros, una
violación no genera tanto trauma porque se asume que la alternativa es la
muerte. Es cuestión de sobrevivencia, me dijo.
—¿Y cómo calificaría la actitud de la sociedad salvadoreña
ante lo que ocurre en el país? –pregunté.
—La violencia está casi invisibilizada: ¿cuántos medios de
comunicación cuentan aquí la verdad? Casi ninguno, porque responden a grupos
normativos que prefieren vender El Salvador como el país de la sonrisa. Y no
solo invisibilizada; también está naturalizada. No es natural que se
descuartice a niños o a niñas, que maten a la abuelita, pero aquí todo eso se
ha naturalizado. Yo creo que los salvadoreños tenemos adicción a la muerte.
Adicción a la muerte, dijo.
EL SALVADOR Yo violada 2a. parte SALA NEGRA EL FARO.NET
Segunda Parte
La mañana del día de la violación Magaly salió para comprar
algo en la tienda. Era miércoles. Un grupo de pandilleros se le acercó, la
rodearon y le dijeron que se preparara, que en la tarde la llamarían. Ese coro
de voces infanto-adolescentes, casi todas conocidas, algunas de compañeros de
aula, representaba la máxima autoridad en la colonia, el Barrio 18, y ella
mejor que nadie sabía que, escuchada la sentencia, poco o nada se podía hacer.
En las horas siguientes actuó como un condenado a muerte que asume con
resignación su condición.
Magaly es una joven bien parecida. Salvo por su estatura
–apenas supera el metro y medio–, está en las antípodas del estereotipo de una
mujer salvadoreña. Su piel es lechosa; su cara, de facciones angulosas, con una
nariz respingona pero bien conjuntada con su rostro; el pelo lo tiene oscuro,
largo y liso, y le cubre una cicatriz en el cuero cabelludo del tamaño de un
centavo, que le dejó un ácido que la cayó de niña. Está muy delgada, apenas
supera las 90 libras, y no es para nada voluptuosa. La primera vez que la vi
fue a mediados de marzo de 2010, durante una actividad del Ministerio de
Educación que me llevó a Ilopango. Tenía que amarrar un contacto en la zona
para el seguimiento, y ella fue la elegida. Nunca sospeché que esa joven menuda
y dicharachera tuviera 19 años, condicionado quizá por el hecho de que
estábamos en una escuela en la que solo se estudia hasta noveno grado.
La tarde del día de la violación Magaly llegó a esa escuela,
como todos los días. Lo hizo poco antes de la 1 acompañada por Vanessa, su
hermana pequeña. Se despidieron y cada quien entró en su aula. Hablando estaba
con una amiga cuando un compañero de clases –un pandillero– se le acercó para
entregarle un celular. Te llaman, le dijo.
—Ajá, ¿con que vos sos la puta que nos puso el dedo?
–preguntó una voz sonora y amenazante–. Mirá, pues ahorita los homeboys se
quieren dar el taco.
—¿Conmigo? ¿Y por qué?
— No te hagás la maje, que bien sabés. Vos los pateaste
cuando se llevaron a la morrita aquella. Ellos te van a decir...
—Pero no tengo nada que hablar con ellos.
No dudó de que se trataba de la persona que desde la cárcel
lleva palabra sobre los pandilleros de su colonia, de su escuela, pero se
atrevió a interrumpir la llamada. El teléfono volvió a sonar de nuevo.
—¡No me volvás a colgar, peeeerra! Vos sabés lo que te va a
pasar si no...
—Fíjese, pero yo no tengo nada que ver con ustedes –consumió
Magaly su último suspiro de valentía–, así que deje de molestarme.
—Es que aquí no es lo que vos decís, sino lo que los
homeboys dicen. Ahora mismo vas a ir a donde te lleven y vas a pasar una hora
con cinco de ellos.
—Pero yo no puedo hacer eso, ando con mi hermana pequeña.
—Es que no es lo que vos querrás, es que lo tenés que hacer.
Si no vas, van a ir a sacarte de la escuela.
Y colgó.
Magaly y su hermana Vanessa tienen una relación especial. Se
llevan 10 años, pero es evidente la complicidad cuando están juntas. En una
ocasión Magaly me contó un incidente que tuvo con su pelo. Se lo quería alisar
y, como a falta de dinero lo que toca es improvisar, pidió a Vanessa que usara
una plancha para ropa y una toalla, sentada ella de espaldas a una mesa y con
la cabellera extendida. No midieron bien los tiempos, y el pelo resintió
ligeramente el exceso de calor. Mientras me lo contaba no paraba de reír.
Pese a esta relación, la de Magaly no es el mejor ejemplo de
familia integrada. Cuando la violaron vivía en una casa diminuta con Vanessa,
con Guille –el hermano, de 12 años–, con su madre y con el novio de esta, que
salen al amanecer y regresan al anochecer. Pero cuando le pregunté por cuántos
hermanos tenía, respondió que eran nueve en total, menores la mayoría, de
diferentes padres y repartidos ahora en distintas casas, incluido uno que,
recién nacido, su madre se lo regaló a un hermano, para que lo asentara como
propio, y que ahora vive en Estados Unidos. Es la suerte que hubiese querido
tener yo, me dijo un día Magaly. En otra ocasión le pregunté por su padre
biológico. Creo que vive en San Martín, pero no lo veo, me respondió.
Magaly es casi como una madre para sus dos hermanos menores,
sobre todo para Vanessa, y no parece sentirse incómoda en ese rol. Quizá por
eso, cuando el día de la violación la voz amenazante le ordenó salir de la
escuela, lo primero que hizo fue pensar en ella. No la podía dejar sola.
Salieron las dos de la escuela, y afuera había un grupito de
pandilleros que comenzaron a caminar delante. Al llegar al pasaje donde estaba
la destroyer, la casa que usan como punto de reunión, le dijeron que Vanessa no
podía llegar y, con toda la naturalidad del mundo, le dijeron que la cuidaría
la hermana de uno de los pandilleros. Magaly le dejó su celular, y ahí se
separaron. No tuvo que recorrer mucho más para llegar a la casa. Eran pocos los
pandilleros cuando entró, cuatro o cinco, pero casi todos rostros conocidos,
casi todos más jóvenes, compañeros de la escuela algunos. Le indicaron un cuarto:
“Metete ahí y quitate la ropa, que ya vamos a llegar”.
En la habitación no había nadie, solo un gran XV3 pintado en
la pared y un colchón grande tirado en el suelo, sin sábanas. Ella misma se
desvistió. Se quitó los tenis blancos con dibujitos de calaveras que calzaba,
los calcetines, la blusa verde, la camiseta de algodón, los jeans y el calzón.
Todo lo amontonó en una esquina. Se sentó en el colchón y se acurrucó. Magaly
no es de las que se congrega con asiduidad pero sí es creyente, lee la Biblia con
sus hermanos antes de dormir, y quizá en ese momento pensó en su dios. “Yo
seguido hablo con él, porque sé que me oye y me entiende”, me dijo en otra
ocasión. Al menos esta vez a su dios le valió madre su suerte. Al poco entró el
primero de sus violadores.
* * *
Mauricio Quirós es el nombre que daré a la persona que desde
hace nueve años es el director de la escuela en la que estudiaba Magaly. Me
costó semanas que se sentara a platicar sobre lo que sucedía -sobre lo que aún
sucede- en el centro educativo que dirige; al final aceptó hacerlo sin
grabadora, bajo estricta condición de confidencialidad y en un lugar público y
alejado de Ilopango. Su vida no debe de ser fácil: trabaja en una zona
controlada por el Barrio 18 y vive en una colonia asediada por la Mara
Salvatrucha, a dos rutas de buses de distancia. Sin embargo, cuando se cercioró
de que yo conocía al detalle el caso de Magaly, fue como un libro abierto, como
si con esa plática quisiera de alguna manera compensar su silencio cómplice.
“Siempre me ha gustado tener buena relación con los alumnos,
solo así uno se da cuenta de tantas cosas, pero lo único que uno puede hacer
aquí es callar”, me dijo Mauricio, quien supo de la violación a los pocos días.
Ella dejó de asistir a clases, su profesora de noveno grado lo reportó y,
primero por teléfono y después en el despacho, Magaly le confirmó a Mauricio lo
sucedido. “Es una indignación… saber que le han hecho eso a una joven que he
visto crecer… pero… ¿qué puede hacer uno?”, me dijo. Las respuestas se me
amontonan, quizá porque responder resulta sencillo cuando se desconoce qué
implica vivir bajo el yugo de las pandillas.
El Salvador es un país muy violento: somos poco más de 6
millones de personas y en 2010 hubo 4,000 asesinatos, de los que la Policía Nacional
Civil atribuye al menos la mitad a las maras. Naciones Unidas habla de epidemia
de violencia si en un año se superan los 10 homicidios por cada 100,000
habitantes, siendo 8 el promedio mundial. Marruecos, Noruega y Japón están
abajo de 1; España y Chile, en torno a 2; Argentina y Estados Unidos rondan los
6; y el México de cárteles y narcos se dispara hasta los 18. En El Salvador, la
tasa en 2010 fue de 65.
Pero la violencia que caracteriza a la sociedad salvadoreña
no es solo cuestión de números. El Salvador es un país en el que en las tiendas
te sirven a través de una reja, un país en el que te cachean al entrar en un
banco, un país en el que te disparan por negarte a dar un teléfono celular en
un robo, un país en el que te recomiendan sin rubor que si atropellas a alguien
lo mejor es huir del lugar, un país en el que hay más guardas de seguridad
privados que policías, un país en el que se denuncia solo una fracción de lo
que sucede y se judicializa solo una fracción de lo que se denuncia, un país en
el que los profesores saben que sus alumnas son violadas salvajemente y lo más
que hacen es ayudarlas a pasar el grado.
—Pero usted tiene que conocer a los pandilleros que violaron
a Magaly –le dije a Mauricio.
—Claro, a casi todos, y créame que me repugna cuando los
veo.
Mauricio confirmó la violación de Magaly y me habló de otras
ocurridas antes y después. Todos los maestros saben o intuyen lo que sucede.
Todos callan. Todos temen. En escuelas como la que él dirige, los pandilleros
violan sistemáticamente. La excusa de turno aparece más temprano que tarde. Tampoco
importa si se es gorda, flaca, alta o baja. En el cuadro que me pintó solo se
libran las protegidas del Barrio 18: la hermana de, la novia de, la hija de.
Esto ocurre y ni siquiera es algo que se trata de ocultar. Durante la plática,
me contó que ha visto a pandilleros que en los pasillos o en el patio señalan a
niñas de 9 o 10 años y comentan obscenidades. “Desde el momento en el que van
teniendo curvas, ya puede ser que las violen”, me dijo.
En las reuniones de directores convocadas por el Ministerio
de Educación, Mauricio no reporta nada de esto. En nueve años no ha sabido de
nadie que denuncie lo que él cree que es, con mayor o menor intensidad, algo
habitual en todas las escuelas ubicadas en zonas con fuerte presencia de maras.
Pero tiene su propia teoría para explicar ese silencio: “Cada director tendrá
su escenario, seguro, pero harán lo mismo que yo: callar”.
Continúa...
EL SALVADOR Yo violada SALA NEGRA EL FARO.NET
Roberto Valencia
Publicado el 24 de Julio de 2011
Centroamérica es la región más violenta del mundo no solo
porque asesinen a un trovador o porque los muertos en los motines carcelarios
se cuenten por docenas. Es violenta en su cotidianidad. La historia de Magaly,
una joven salvadoreña sacada de su escuela y violada por pandilleros del Barrio
18, nunca aparecerá en estadística alguna, pero quizá ayude a comprender mejor
lo que supone vivir en la región más violenta del mundo.
“Las violencias seguirán cambiando de nombre, pero habrá
siempre violencia
mientras no se cambie la raíz de donde están brotando
todas esas cosas tan horrorosas”. Monseñor Romero,
septiembre de 1977.
A Magaly Peña la violaron no menos de 15 pandilleros durante
más de tres horas, pero eso quizá sea lo menos importante de esta historia. La
conocí hace más de un año, cuando ella acababa de cumplir los 19. Vivía -aún
vive- en una ciudad del Área Metropolitana de San Salvador llamada Ilopango, en
una colonia periférica con fuerte presencia de maras; del Barrio 18, en
concreto, aunque con el paso del tiempo comprendí que son circunstanciales
cuestiones como qué pandilla lo hizo, si los violadores fueron 6, 12 o 24, o en
qué municipio sucedió; comprendí que lo que le pasó tiene ya muy poco de
extraordinario en un país como El Salvador; comprendí que hasta podría
considerarse una afortunada.
“De la escuela me fueron a sacar los pandilleros y me
violaron”, me soltó una mañana de julio de 2010, cuando chateábamos en el
messenger. “Pero mi familia no sabe nada por que amenazaron con acerles daño si
decia algo”, escribió. “Se supone que uno de ellos estaba cumpliendo años y me
querian de regalo”, escribió. “Se imagina mas de 18 hombres con una sola
mujer???????”, escribió. “Eso solo demuestra que son y seran unos perros
muertos de hambre para toda su maldita vida”, escribió.
Todavía no logro entender por qué me lo contó. No éramos
amigos, apenas conocidos. Quizá solo quería desahogarse. De hecho, transcurrido
ya más de un año de la violación, lo que le ocurrió aún no lo saben ni su madre
ni su padrastro ni sus hermanos mayores. Tampoco la Policía Nacional Civil ni
la Fiscalía General de la República ni la Procuraduría para la Defensa de los
Derechos Humanos ni el Ministerio de Salud. Cuando me lo dijo habían pasado
tres semanas, y las secuelas estaban en plena ebullición. Quizá por eso me
sorprendió la frialdad con la que se expresó en aquel chat: “Ya cerre eso como
un capitulo de mi vida que se fue y paso”.
Nos vimos en repetidas ocasiones en los meses siguientes, y
cada vez la hallé más atrincherada en esa idea de que es mejor no remover lo
pasado. “Mire –me dijo en una ocasión que quedamos para almorzar–, no sé cómo
decirle… Tal vez usted me comprende, porque a mí nadie me entiende. Digamos que
le pasa algo que a usted no le gusta, pero hay personas que se encierran en
eso, personas que… púchica, que me pasó esto y solo quejándose pasan. Vaya, yo
no. A mí me pasó esto y va, amanece, amanece y ahora ya no es ayer. No me
entiende, ¿va?”
Cuesta siquiera intentar entenderla.
A Magaly la violaron no menos de 15 pandilleros durante más
de tres horas y tuvo que callar, pero en vidas como la suya no es algo tan
estridente. En otra ocasión, fuimos ella, un hermano menor y yo al zoológico, a
echar la mañana sin mayores pretensiones. Me dijo que, dos meses atrás, una tía
del padrastro había ido como penitente al cerro Las Pavas para agradecer a la
virgen de Fátima por sacarla de la cárcel, después de haber pasado unos días
encerrada por consentir las continuas violaciones de su marido hacia su nieta, una
niña de 14 años con discapacidad intelectual. Magaly me lo contó como quien
recita la lista de las compras, sin la más mínima expresión de extrañeza en su
rostro; tampoco en el de su hermano, a quien a cada rato le pedía que
corroborara su relato. ¿Va, Guille?, le decía, ¿va, Guille?
—¿Hay en el mundo algún lugar que te gustaría visitar?
–pregunté a Magaly en otro de nuestros encuentros.
—Donde sí quisiera ir, aunque ya no se puede porque lo
cerraron, es al Teleférico del cerro San Jacinto. Fui una tan sola vez de
pequeña, con mi abuela y mi tía; yo tenía como siete años. ¿Y sabe qué nos
pasó? Que se fue la luz y quedamos en la góndola a mitad de camino.
El mundo de Magaly termina poco más allá de la colonia en la
que vive, pero sonreía mientras me lo contaba. "Fíjese que yo desde que
tengo como seis años sueño que me estoy quemando en mi casa", me dijo
inmediatamente después de recordar su viaje en el teleférico. Siempre sonreía.
* * *
—Magaly, ¿por qué crees que ocurrió?
—Lo de violar bichas es un regalo que los muchachos le hacen
a uno de ellos, pero, como se supone que es una fiesta, todos tienen que
disfrutarlo.
—¿Pero por qué a vos?
—Mi pecado supuestamente era que yo, como 15 días antes,
cuando estaban violando a otra…
—Pera, pera, repíteme eso…
—Sí, como dos semanas antes habían violado a otra bicha en
la colonia. La cuestión es que… yo no sé cómo supieron, pero la Policía hizo un
operativo y, aunque nunca dieron con la casa, creyeron que yo les había
avisado. Eso porque dos días antes, en la escuela, iba pasando cuando escuché,
¿va? Porque usted sabe que a veces uno sin querer escucha cosas, y yo iba
saliendo…
—En la escuela…
—Ajá, estaban hablando en una esquinita, y no recuerdo qué
estaba haciendo yo, barriendo creo, y lo que oí fue de que iban a hacer eso a
una bicha, que se lo merecía…
—¿A alguna de tu grado?
—No sé si de mi grado, pero de la escuela. Yo iba pasando…
Ni atención… Lo escuché porque estaba ahí. Y pasó que el día que la violaron la
andaba buscando la Policía…
miércoles, 2 de marzo de 2011
ARGENTINA Se lanzó la campaña "260 hombres contra el machismo" TUCUMAN NOTICIAS
Alicia Kirchner, ministra de Desarrollo Social de la Nación, encabezó un acto contra la violencia hacia las mujeres y consideró que `hay que juntar fuerzas para abrir caminos y eliminar la violencia´
© Telam | 1/3/2011-09:45 hs. | La campaña "260 Hombres contra el Machismo" tiene como centro la participación de 260 hombres que se manifiestan contra la violencia de género y en el que firman un documento comprometiéndose a revisar su propio comportamiento machista.
260 es el total de las mujeres que fueron asesinadas durante el 2010 por causa de la violencia de género.
Alicia Kirchner aseguró que "la Presidenta ha contribuido mucho a quebrar la discriminación de género" y señaló que la jefa de Estado "ha demostrado que cuando se construye desde el amor, desde las ganas y el compromiso lo que prima son las convicciones y las personas, más allá del sexo que pueda tener cada uno".
En el acto que se desarrolló en el edificio del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, la titular de la cartera estuvo acompañada por su par de Trabajo, Carlos Tomada; la subsecretaria nacional para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, Mariana Gras; y por el titular de la Fundación Buenos Aires Sida, Alex Freyre.
"Hay temas que son muy difíciles pero si se visibilizan se puede encontrar soluciones colectivas", dijo la ministra acerca de la violencia de género, y añadió que "esta iniciativa va a tener un impacto a lo largo y a lo ancho del país".
Luego citó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y señaló que "como dice la Presidenta, hay que construir, construir cimientos para mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo", y agregó que "un país crece cuando construimos en conjunto".
Además destacó que "el desafío es construir derechos", al tiempo que recordó al ex presidente Néstor Kirchner: "Néstor no creía en el odio, creía en el amor".
Como parte de la iniciativa también se realizará un documental con todos los actos, se organizará al menos un evento por día y se tomarán fotografías para luego confeccionar un calendario de hombres contra el machismo.
En tanto que Alex Freyre, agradeció el "compromiso para dejar de llegar tarde a la cita con la igualdad y para hacer una acción contundente desde la construcción de la masculinidad erradicando, asistiendo y previniendo la violencia contra las mujeres".
Y subrayó que estos actos apuntan a "producir un proceso reflexivo acerca del machismo en la vida cotidiana", y homenajeó a cuatro meses de su muerte al ex presidente Kirchner por haber sido uno de los dirigentes que primero se comprometió con la lucha por el matrimonio igualitario.
Mariana Grass, por su parte, expresó que "no existe ningún tema tabú y vamos a discutir todos los temas para que reine en el pueblo el amor y la igualdad".
Organizan la campaña la Fundación Buenos Aires SIDA, la Casa Abierta María Pueblo, la subsecretaría para la prevención, asistencia y erradicación de la violencia contra las mujeres, el Consejo Nacional de las Mujeres y el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales.
Entre los adherentes se encuentran el ministro de Trabajo, Carlos Tomada; el ministro de Economía, Amado Boudou; el ministro del Interior, Florencio Randazzo; el gobernador bonaerense, Daniel Scioli; el presidente del INADI, Claudio Morgado; el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde; los senadores nacionales del Frente para la Victoria, Daniel Filmus y José Pampuro; y el diputado nacional del partido Nuevo Encuentro, Martín Sabattella.
También dieron su compromiso el diputado de la provincia de Buenos Aires, Fernando "Chino" Navarro; el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez; los legisladores porteños Francisco "Tito" Nenna, Juan Cabandié y Gonzalo Ruanova; el secretario de Derechos Humanos de la CGT, Julio Piumato; el secretario de Infraestructura, Abel Fatala; el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde; el equipo del programa televiso "Duro de Domar"; y el presidente de Télam, Martín García.
jueves, 17 de febrero de 2011
EL SALVADOR Los neomachistas Julia Evelyn Martínez CONTRAPUNTO
VIERNES, 11 FEBRERO 2011
Julia Evelyn Martínez (*)
SAN SALVADOR - Los neomachistas vienen en diferentes tallas, pesos, colores e ideologías. Se les encuentra por todos lados y a toda hora: en los templos católicos y en las iglesias protestantes; en las plazas públicas y en los programas de entrevistas; en las aulas y en los partidos políticos; en los sindicatos y en el Gobierno; en facebook y en twitter. Todos tienen en común su preocupación por adaptarse a los nuevos tiempos y a los nuevos discursos de la igualdad de género, pero asegurándose que la esencia de la sociedad patriarcal quede intacta. Como dice Miguel Llorente: representan una forma de dominación menos ruidosa pero que al igual que el viejo machismo, atenta contra la igualdad.
Los neomachistas le temen a ser señalados públicamente como acosadores, golpeadores de mujeres o espectros de la Edad Media. Se sienten cómodos con un discurso que reconoce formalmente la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, pero se oponen a cualquier medida de acción afirmativa que se impulse para avanzar en la vigencia sustantiva de dicha igualdad. Si se promueven mayores castigos para los feminicidios, dirán que es una discriminación para las víctimas de homicidios; si se promueven cuotas de participación política para las mujeres, advertirán que es un insulto para las mujeres capaces; si se promueve el uso de un lenguaje inclusivo para las mujeres, reaccionarán diciendo que esto a lo que nos lleva es a la anarquía en el idioma y que así como van las cosas vamos a terminar hablando del PIB y de la PIBA.
Los neomachistas ejercen todas las profesiones y ocupaciones. Pueden ser abogados, psicólogos, economistas, entrevistadores, columnistas, diputados, jueces, fiscales, policías, ministros, analistas, docentes, empresarios, médicos, periodistas, presentadores, comediantes, militares, rectores, sacerdotes o pastores.
Una de sus marcas distintivas es que suelen ser los primeros en reaccionar cuando las mujeres tratan de reivindicar sus derechos, utilizando la conocida estrategia del “sí, pero no”. Admiten sin problema que todavía existe discriminación y violencia contra las mujeres, y que hay machistas busadores que merecen un castigo, PERO a continuación aclaran que estos casos son la excepción y no la regla, y que por tanto la manera correcta de abordar estos problemas no debe ser actuando sobre lo general sino sobre lo particular.
Les asustan las mujeres bravas (en los términos descritos por Héctor Abad) y prefieren a las mujeres sumisas. Por eso, desprecian a los personajes públicos que ejercen violencia contra las mujeres débiles y hogareñas, pero festejan a otros personajes que utilizan su poder para descalifica a las mujeres que reclaman derechos a toda voz. A estas mujeres, los neomachistas están prestos a recordarles su inferioridad, a burlarse de ellas y de sus luchas y sobre todo, a menospreciar sus avances.
A los neomachistas los quiere la izquierda y la derecha, el centro y la orilla. Todo político o funcionario quisiera tener a su servicio a un neomachista lúcido que le permitiera oponerse al avance de los derechos de las mujeres, mientras es aplaudido por sus discursos de defensa de la igualdad de género.
Los neomachistas encarnan el rostro renovado de la misoginia: denuncian que las mujeres se están aprovechando de las leyes y de las instituciones que las protegen para ejercer violencia y discriminación contra los hombres, que son ellas las principales responsables del machismo, y que las cosas en el país y en el mundo estarían mejor si las mujeres tuvieran más libertad para estar con sus familias y menos libertinaje para dedicarse al feminismo.
Son los primeros en levantar sospechas sobre las mujeres que denuncian acoso sexual, al insinuar que a lo mejor ellas lo buscaron, o que hacen estas denuncias como una forma de justificar su incapacidad en el trabajo, o que en el peor de los casos, se trata de mujeres con un cuadro de esquizofrenia paranoica.
No obstante, la taxonomía de los neomachistas está aún en proceso de construcción, podemos preliminarmente sugerir las siguientes categorías básicas, que por supuesto admiten la posibilidad de combinaciones entre sí:
El neomachista ilustrado: Conoce ampliamente la literatura existente sobre la teoría de género y sobre los instrumentos internacionales y nacionales que promueven los derechos de las mujeres, y utiliza estos conocimientos a su conveniencia (o a la de quien lo contrata) para “hablar mucho para no hacer nada”, en lo que se refiere a discriminación y violencia hacia las mujeres. Este tipo de neomachista ha logrado dominar el difícil arte de ser reconocido por su compromiso con la igualdad de género, al mismo tiempo que socava con sus propuestas las condiciones institucionales y políticas que permitirían avances reales en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Es difícil identificarlos a primera vista por el camuflaje de sensibilidad de género y de corrección política que han aprendido a utilizar; pero, a medida que se les trata, se hacen evidentes por su fobia al feminismo (y a las feministas) y por frases inconfundibles, tales como “debemos pasar de las políticas para promover el avance de las mujeres a políticas inclusivas para mujeres y hombres”.
El neomachista confesional: Repudia la existencia de injusticias y de violencias contra las mujeres y se adhiere a cualquier iniciativa para erradicar estos males, siempre y cuando estén enmarcadas en los fundamentos y dogmas de la religión que profesa. Se ubican en esta clasificación la mayoría (aunque no todos) los que militan en movimientos integristas o neointegristas (como la renovación carismática y el Opus Dei) o en ciertas sectas evangélicas, cuyas creencias les inspiran a apoyar aquellas reformas a favor de las mujeres que estén en correspondencia con las virtudes femeninas exaltadas en sus textos sagrados y a rechazar aquellas otras reformas que pongan en cuestionamiento “la desigualdad natural” de las mujeres establecida en esos mismos escritos.
El neomachista de derecha: Orienta sus propuestas para la equidad de género en el fortalecimiento de la familia tradicional y del rol de la maternidad de las mujeres. Este tipo de neomachsimo no se atreve a reconocer explícitamente la superioridad de los hombres y la inferioridad de las mujeres, pero actúa guiado implícitamente por esta doble convicción. Es el tipo de político que sostiene que sería importante que una mujer sea presidenta del país pero que a continuación aclara que “lamentablemente el pueblo no está preparado para este avance” o que sostiene que “las mujeres son más inteligentes que los hombres y por eso prefieren enfocarse en cuidar el fundamento de la sociedad, es decir a la familia, y no andar perdiendo el tiempo en la política”. En su versión internacional el neomachista de derecha lo representa el ex- Presidente colombiano Alvaro Uribe al reclamarle públicamente a Hugo Chávez en la cumbre de Cancún: “SEA VARON Y QUÉDESE A DISCUTIR DE FRENTE”, y en su versión criolla, el también ex- Presidente Tony Saca prometiéndole a las mujeres salvadoreñas “que nunca más estarán solas”.
El neomachista de izquierda: Justifica la lucha por los derechos de las mujeres como una lucha legítima y necesaria de los pueblos, siempre y cuando ésta tenga lugar en el marco de la construcción de la sociedad socialista y exclusivamente en este marco. Considera que las mujeres en la lucha por sus derechos deben ser símbolo de unidad y nunca motivo de divisionismo que pueda beneficiar al enemigo (imperialismo, oligarquía, transnacionales, etc). Este tipo de neomachismo no tiene problemas con asumir actitudes o comportamientos machistas en determinados momentos, porque como contrapartida, pone en marcha medidas de equidad de género para aumentar la presencia de mujeres en la política y/o para mejorar su situación económica y social. En su versión ligth este tipo de neomachista se identifica con Evo Morales o con Hugo Chávez y en su versión extrema con Daniel Ortega. Un momento memorable del neomachismo de izquierda es la juramentación realizada por el Presidente Hugo Chávez de las integrantes del Frente Bicentenario de Mujeres el 8 de marzo de 2010, a quienes instó a “desmontar el capitalismo y a PARIR, CRIAR, AMAMANTAR y fortalecer el único camino a la salvación de la patria, que es el socialismo bolivariano feminista”.
El neomachista locuaz: Su rasgo distintivo es su tendencia a la impostura política resultante de su falta de ilustración sobre los temas relativos a la discriminación y a la violencia de género, combinada con su alta propensión a hablar demasiado o a comentar públicamente con ligereza dichos temas. La figura de culto de este tipo de neomachsimo es Silvio Berlusconni, afirmando sin desenfado alguno en la campaña electoral de 2008 que “la izquierda no tiene gusto, ni siquiera cuando se trata de mujeres. Nuestras candidatas son más hermosas.”, y más recientemente, la figura de Joseph Ackermann, Presidente del Deutche Bank, quien en medio del debate suscitado en Alemania en torno a la propuesta de cuotas mínimas de participación de mujeres en los directorios de empresas, comentó que “no hay ninguna mujer en el Comité Directivo del Deutche Bank, pero espero que un día u otro la dirección será más bonita y con más colorido gracias a la integración de mujeres”.
Gran parte del éxito de los neomachistas es que no suelen actuar solos; al lado, a las espaldas o al frente de los grandes o pequeños neomachistas suelen, por lo general, estar un grupo de mujeres que consciente o inconscientemente también sirven a la causa del patriarcado en esta nueva etapa de su desarrollo. Algunas de estas mujeres realizan una defensa activa de neomachismo mientras que otras optan por hacerlo de forma pasiva o encubierta
En el primer grupo destaca la Primera Dama de Nicaragua, Doña Rosario Murillo, quien en la página oficial de la Presidencia de la República mantiene colgado un texto denominado “La conexión feminista y las guerras de baja intensidad” en el cual hace una exaltada denuncia del complot feminista imperialista que existe en su país para hacer la contrarrevolución al gobierno de su esposo, y en el cual se lee : “En su perturbado afán de destrucción política y de desintegración familiar, a las afanadoras de las oligarquías no las detiene nada (….) Este activismo político y cultural, pro-europeo y norteamericano, se disfraza de feminismo, viste ropa de mujer, pero no conoce, nunca ha conocido, la sensibilidad del corazón de la mujer. Su lenguaje es visceral y vengativo, propio del egoísmo y la egolatría, que caracteriza al capitalismo profundo (…) No tienen lazos familiares o afectivos estables; desdeñan esos dichosos y benditos vínculos del cariño incondicional, indispensables para el desarrollo humano (….) En los procesos revolucionarios y progresistas de América Latina, las mujeres hemos venido conquistando espacios de poder. Hemos asumido nuestras verdaderas demandas de justicia y equidad, trabajando con alma por una práctica política, económica y social, que nos incorpore en nuestra diversidad cultural, y en nuestra libertad esencial (….) No toleran que tengamos y defendamos nuestra idiosincrasia, valores y costumbres, que son precisamente, los que a través de la historia han permitido a la Humanidad, amar, compartir, multiplicarnos, soñar y trabajar por una Sociedad mejor (….) Pediremos por ellas. El amor es más fuerte que el odio. Pediremos por su satisfacción personal. Pediremos para que pasen de la frustración que las asfixia y desquicia, a la paz mental; y pediremos para que esa calma las lleve a reconocer el Bien, e incorporarlo a sus Vidas”.
En el segundo grupo se encuentran mujeres como la Diputada Carmen Flores, del partido MAS (Movimiento al Socialismo en Bolivia), que de manera condescendiente reconoce que “sería negar una realidad no aceptar que el machismo se siente en el MAS, pero es parte de nuestra cultura. Sin embargo, es destacable que el Presidente Evo Morales tenga mucha confianza en el trabajo de las mujeres y él cree que debemos tener espacios. Yo personalmente no he conocido a otro hombre que sea tan equitativo como él. En todas las reuniones que tenemos siempre trata de ser la voz de las mujeres y exige y recomienda que los parlamentarios tomen en cuenta nuestra posición. Las mujeres siempre vamos a tener trabas pero depende mucho del trabajo personal, de cada una, evitar que nos quedemos rezagadas”.
En conclusión, es tiempo de caer en la cuenta que el patriarcado está mudando de piel y que han aparecido nuevos machismos; en consecuencia, se necesitan mayores y renovados feminismos.
(*) Catedrática y columnista de ContraPunto
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