"Arranca la Escuela Equinoccio junto a Cumpleaños en El Salvador
de Oliver
Hoy, 7 de septiembre de 2009, fue el primer cumpleaños que paso fuera de Chile, mejor dicho fuera de mi casa.
Es primera vez que no recibo un saludo de mi madre justo a la media noche. Es la primera vez que no recibo llamadas con buenos deseos. Es también la primera vez que siento ganas de decir: … ey!, hola? ¿sabías? Estoy de cumpleaños hoy... Nadie tenía que saberlo y verdaderamente me sorprendieron.
Me desperté a las 7 de la mañana para ducharme, sacarme la humedad del cuerpo e irme al desayuno que me esperaba, como de costumbre porotos negros con algo más. Ayer fueron porotos negros con crema y plátano frito, hoy con huevo frito y jamón. Rápido se va acostumbrando el estómago, en realidad no pasa nada, es bastante más práctico que no te dé hambre a mitad de mañana, se pierde menos tiempo y se disfruta más el almuerzo (por supuesto con porotos otra vez).
Intenso desde el primer momento. Mucho ejercicio físico, abundante corporalidad, timidez, confianzas, desconfianzas, dificultades, sospechas, discursos, sinceridades, cariños, alegrías, solidaridad, broncas, trampas, cuidados, respetos, risas... Este es el resumen de lo que sentí, de lo que sentimos. Un resumen que dice muy poco de lo que sentimos los hombres cuando nos enfrentamos a nosotros mismos, cuando no hablamos sólo de “los otros hombres” (lo que es bastante sencillo y común), sino de nuestros miedos, nuestros cuerpos, nuestras esperanzas, compromisos y sentimientos.
Parece que en estos poquitos días han pasado miles de cosas. Ya lo decía mi compañero de habitación Alfredo (México): “...hombre!, ¡si llegué ayer y parece que estoy hace un mes!...” Es muy cierto.
Hemos vivido unas pocas horas acá en El Salvador y ya comenzamos a impregnarnos de su historia de resistencia, de sus heridas, sus violencias, sus riquezas y esperanzas. A pesar de la distancia este país se siente muy cercano a lo que vivimos en Chile hace muy poco y si bien pareciera que estamos en otro lugar, parafraseando a Violeta, latinoamérica toda se ubica al centro de la injusticia.
Llegando al almuerzo no entendía nada, todos en la puerta y comenzaron a cantar las mañanitas... ¿quién está de santo? me pregunté por dentro, luego se acerca Lucho (Perú) y me abraza como diciéndome: hombre si es para ti que estamos cantando. ¿Cómo se canta en Chile? escuché mientras saludaba y agradecía a mis compañeros de proceso... luego globos con mi nombre en el comedor, un rico almuerzo... ¿con eso ya estaba bien no? Pero la logística del Centro Bartomlomé de las Casas es top top top... apareció de un lado la torta ¡con uvas al centro! Pedí como regalo que cantaran cada uno lo que canta en su país y todos al mismo tiempo... fue muy lindo el regalo que se me ha hecho acá, realmente un cumpleaños muy especial... pero no acaba de sorprenderme cuando Larry me dice: mira la pared y los mesajes que te deja te ha dejado tu gente...Para no creerlo, estaba proyectado en la pared del comedor mi facebook con todos los mensajes de felicidades, fue muy lindo compartirlos con mis compas de Equinoccio... Gracias a todos y todas nuevamente...
¡Hijole en qué lugar estamos! ¡Y todo lo que se nos viene!
Ó."
No hay comentarios:
Publicar un comentario