lunes, 23 de agosto de 2010

Persisten los salarios machistas EL SALVADOR CONTRAPUNTO


Por Magdalena Flores


El patriarcado, esa visión del mundo donde el que manda es el hombre, sigue manteniendo en desventaja laboral a las mujeres. Mientras predomine ese estado de cosas, las mujeres difícilmente lograrán ecuanimidad laboral.



SAN SALVADOR – A pesar de que El Salvador ha experimentado progresos en equidad de género, dentro del mercado laboral todavía persiste la brecha salarial entre las mujeres y los hombres: ellas ganan menos, aunque realicen las mismas funciones que sus colegas masculinos.


De acuerdo a un informe presentado en el 2009 por el Consejo por la Igualdad y la Equidad (CIE), en el país existe una brecha salarial de 14 % entre mujeres y hombres.


Aunque la brecha se ha ido reduciendo en el tiempo, siempre se mantiene. En 1996 la remuneración media femenina respecto a la masculina era de 72.8%; en el 2000 fue de 79.1%; mientras que en el 2007 alcanzó el 86.1%, detalla el estudio del CIE.


Sin embargo, aunque la brecha ha venido reduciéndose, a las mujeres siempre se les dificulta llegar a los mejores puestos, a pesar de tener el entrenamiento y experiencia requeridos. Se ven entonces obligadas a insertarse en puestos inferiores, o trabajar en el sector informal. El 46.7 de las mujeres laboran en el sector informal, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD 2009).


“Las mujeres por mucho que estudien, pueden llegar a los más altos niveles técnicos pero no a los más altos niveles ejecutivos. Los niveles ejecutivos más altos están prioritariamente reservados para hombres”, afirmó Morena Herrera, integrante del colectivo feminista Casa de Todas.


En el mercado laboral siempre se tiende a magnificar la labor de los hombres ante el trabajo de las mujeres, debido a la cultura patriarcal.


Dentro de la cultura patriarcal se concibe al hombre como alguien superior, quien tiene el derecho de realizar diferentes actividades, mientras la mujer se mantiene al margen.


“Siempre se piensa que el trabajo que realiza un hombre es más valioso porque se considera que la humanidad de hombre es superior a la de una mujer y eso tiene como base la discriminación de las mujeres”, expresó Julia Evelyn Martínez, Directora Ejecutiva del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (Isdemu).


Siempre en desventaja


El Observatorio Laboral y Económico de la Organización de Mujeres Salvadoreñas (Ormusa) detalla que las ramas de actividad económica de mayor inserción laboral de las mujeres son: comercio/hoteles/restaurantes e industria manufacturera, en las cuales los hombres ganan un 27.6% y 32.6% más que las mujeres, respectivamente.


Aunque las mujeres realizan el mismo trabajo que sus compañeros en el sector comercio, hoteles y restaurantes, ganan $232.94 mientras que los hombres tienen un sueldo de $321.64. En cuanto al sector manufacturero, las mujeres captan $192.19 y los hombres $285.19, reflejan los datos del Observatorio de Ormusa, basados en cifras de 2008.


El estudio muestra que en el ámbito de la enseñanza los hombres ganan $526.4, mientras que las mujeres, $435.51. En hogares con servicio domésticos las mujeres ganan 30.6% menos que los hombres; en la pesca y agricultura también ganan menos, 38.8% y 7.7% respectivamente.


“Las diferencias salariales entre las mujeres y hombres se debe a la lógica patriarcal existente, o sea que es una de las expresiones del machismo y del patriarcado en el mercado de trabajo”, dijo a CotraPunto Ledy Moreno, coordinadora del programa de derechos humanos laborales y acceso a la justicia, de Ormusa.


Moreno sostiene además que en la medida que la educación aumenta también la brecha salarial crece entre ambos sexos.


Para Ima Guirola, del Instituto de Estudios de la Mujer “Norma Virginia Guirola de Herrera” (conocido como Cemujer), las diferencias salariales son una de las máximas expresiones de discriminación hacia la mujer.



Cuesta arriba


Las mujeres no sólo sufren de las diferencias salariales dentro del mercado laboral, sino que también son víctimas de una serie de condiciones desventajosas.


De acuerdo al Consejo por la Igualdad y la Equidad (CIE), las desventajas de la mujer dentro del mundo laboral se deben a que tienen una doble carga de trabajo en comparación con los hombres, como resultado de la división genérica del trabajo.


También afirma que son víctimas de discriminación y segregación laboral que las coloca en empleos con condiciones menos favorables, detalla el informe de la CIE, titulado “Paso a paso hacia la igualdad de género en El Salvador: Tres líneas para la acción: 2009”.


El PNUD en su informe de 2008 afirma que las mujeres trabajan a diario, en promedio, una hora más que los hombres, producto del trabajo doméstico no remunerado.


Las mujeres están más en el mercado laboral informal, y son más subutilizadas que los hombres. Para el año 2007 la tasa de subempleo de las mujeres era de 46.7%, mientras que la de los hombres era 36.8%. En cuanto a la subutilización femenina, la tasa es de 50.4% frente a la de los hombres, de 45.1%, indica el informe de la CIE.


“Las mujeres somos mayoría en el sector informal de la economía, entonces eso implica no tener suficientes derechos”, dijo Herrera, de la Casa de Todas.


En el sector informal nadie tiene prestaciones laborales, no hay edad de retiro, horas extras, ni días compensatorios, ni asuetos, es decir que la mayoría de mujeres incrustadas en el empleo informal están expuesta a una serie de condiciones de precariedad.


Estadísticas de la Superintendencia de Pensiones detallan que de enero a mayo de 2010, en el sistema de pensiones privado se encuentran afiliadas un total de 1,979,000 personas. Al ver los datos desagregados según sexo, el sistema comprende 1,081,111 hombres y 897,889 a mujeres, con una diferencia de 183,222. Lo que confirma la desprotección social en la que generalmente se encuentran las mujeres, refleja el monitoreo de Ormusa.


También son sometidas a procesos de discriminación por razones de género, por ejemplo una mujer que tenga obligaciones de maternidad o familiares se le ve como una mujer que tiene menos oportunidades de ser empleada o de permanecer en el empleo.


La mujer tiene menos oportunidad de ser beneficiada con promociones o con capacitaciones porque ven que no le está dando el 100% a la empresa, debido a sus compromisos familiares, dice Martínez.


Y añadió: “En cambio a un hombre, cuando tiene compromisos familiares, a él se le premia, se le estimula, porque entonces se dice es un hombre responsable que tiene una familia que mantener”.


Por otra parte, aunque es ilegal, todavía a las mujeres se les sigue pidiendo examen de embarazo para pedir empleo.


“Se sigue pidiendo la declaración del estado de maternidad como condición para obtener un empleo, y se les desestimula que salgan embarazadas”, afirmó Martínez.


Las mujeres también son víctimas de acoso sexual en el ámbito laboral. Según Moreno de Ormusa, el acoso sexual lo sufren más las mujeres porque “tiene que ver con el cuerpo sexuado de las mujeres en el ámbito laboral, es apropiable, es cosa, la puedo tomar cuando yo quiero, y todo el chantaje que está de por medio”.


“Cuando los hombres entran al mundo laboral son personas que llegan al mundo laboral, cuando las mujeres entramos al mundo laboral no nos ven como personas, sino que nos ven como cuerpos, y por eso es que a las mujeres muchos de los requisitos que nos piden en muchas empresas es que tengamos buena presentación”, analizó Martínez.


De acuerdo a Moreno y Martínez los empleadores prescinden más fácil de las mujeres que de los hombres ante situaciones de crisis económicas y recortes de personal debido a sus roles en la edad reproductiva, ya que tiene que pedir permisos cuando están embarazadas o para llevar a sus hijos al médico.


Es necesario un giro de timón


Para Ledy Moreno es necesario que el actual gobierno, y los que vienen, tenga como uno de sus principales retos crear una política pública laboral o de empleo para las mujeres para romper con esa brecha salarial que sigue existiendo, y todas las violaciones que se cometen en el mercado laboral en contra de ellas.


“Somos el 52.7% de la población y, por lo tanto, todas las políticas públicas deberían de privilegiarnos a nosotras, pues somos la mayoría, y no es que estemos dejando de lado a los hombres”, indicó.


Por su parte, Guirola, de Cemujer, sostiene que la transformación cultural no se da por decreto, por lo que es necesario un mayor trabajo de sensibilización.


Hasta que el Estado no transforme este sistema patriarcal que ha imperado a lo largo de los años, siempre las mujeres estarán en desventajas no solo en el mercado laboral sino en la sociedad en general.


FUENTE: http://www.contrapunto.com.sv/index.php?option=com_content&view=article&id=3801:noticias-de-el-salvador-contrapunto&catid=95:derechos-humanos&Itemid=122

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