sábado, 31 de julio de 2010

¿Cuidando la masculinidad o masculinidades cuidadoras? LA NACION CHILE

Por Devanir da Silva


La no-inclusión de los varones lamentablemente obedece a una lógica binaria, que empezaría por el nombre de la comisión. Se llama Comisión Mujer, Trabajo y Maternidad, pero se podría llamar Comisión Familia, Trabajo y Cuidado Posnatal.


Jueves 29 de julio de 2010


La incorporación de los varones, desde el diálogo público y en las parejas, al tema de los cuidados es ciertamente un aspecto que recién se vislumbra como posibilidad, porque históricamente los varones han estado inhabilitados, como algo autoimpuesto o instaurado desde la misma sociedad, para no ejercer labores consideradas “femeninas”. Si bien durante el gobierno de la entonces Presidenta Michelle Bachelet se avanzó una inmensidad en los temas de género, todavía resta por profundizar esto, de modo de llegar al ideal de una efectiva igualdad de género, para hombres y mujeres.


Si seguimos las declaraciones de la diputada DC Carolina Goic, entonces poco queda de posibilidad para que los varones realmente puedan tener un espacio social destinado a iniciar una leve (re)consideración de cómo se relacionan con los demás en la sociedad, y no sólo como una preocupación neonarcisista o exitista globalizada en un contexto local. Ciertamente los varones quedaríamos pegados en la reacción visceral y victimizante en donde declaramos a los cuatro vientos que esta sociedad en realidad es una tiranía matriarcal en la que se nos han quitado espacios vitales como nunca.


Además, la no-inclusión de los varones en estos temas lamentablemente obedece a una lógica cultural binaria, que empezaría por el nombre de la comisión. Se llama Comisión Mujer, Trabajo y Maternidad, pero bien se podría llamar Comisión Familia, Trabajo y Cuidado Posnatal o algo similar, porque así muchos varones (me imagino) se autoexilian de siquiera opinar al respecto, porque no les toca, debido a que el título de la canción dice Mujer y no Hombre. Esto ciertamente no es excusa, pero creo que desde una mirada “emic” del varón chilensis promedio es lo que se opina o se piensa del posnatal. Lo que sí es positivo es que existe un tema pendiente: visibilizar las paternidades y masculinidades positivas que existen, porque basta caminar por Santiago y se pueden apreciar varones que están con sus bebés y sus parejas disfrutando juntos.


Puede que sean los menos, porque -admitámoslo también- en el actual escenario sociopolítico es un privilegio ser padre presente y no ausente. Pero los avances en las leyes y proyectos de ley permiten iniciar la transformación de lo que es posible para algunos pocos hoy de modo de hacerlo extensible en el futuro a la mayoría de la población, como un derecho en salud sexual y reproductiva.


Sin embargo, aquí nos topamos con uno de los axiomas socio-economicistas que tiene la Alianza, actual facción política en el poder. Esto, siguiendo su lógica socio-economicista, tendría como consecuencia que habría que remodelar la estructura de trabajo bipartito simplista entre hombres y mujeres, porque los varones podrían volverse una carga para el Estado -considerando que esta entidad es vista por la derecha como una empresa-, así que no sólo habría que preocuparse por la mujer, sino por un hombre -y aquí converge con la mirada misógina de la derecha- que está siendo degradado o siendo menos “hombre” porque asume tareas propias de la mujer, o en el caso de las personas de estrato socioeconómico alto (ABC1), la mujer indígena mapuche o en su defecto peruana. Entonces no está, la derecha, interesada en aumentar el posnatal porque por un lado es de sumo interés mantener el statu quo simbólico y económico y, por otro, sería traicionar su propio ordenamiento usado hasta ahora para relacionarse con y en el mundo.


Los varones que no se sienten parte de esa estandarización simbólica seguirán, desde la vida cotidiana y con el mayor interés de entregar una visión pluralista y amplificadora, participando y estando presentes con sus hijos/as en cada espacio posible y unificando fuerzas con otras mujeres y hombres en la sociedad civil, que también están en la búsqueda de una realidad con igualdad de género e igualdad oportunidades en todo sentido, sin estereotipos femeninos y masculinos anclados en un tiempo pasado.


* Antropólogo social Universidad de Chile, Observatorio de Género y Equidad


FUENTE: http://www.lanacion.cl/noticias/site/artic/20100728/pags/20100728190924.html

Seminario Permanente sobre Violencia Intrafamiliar 7a Sesión Masculinidades

La Dirección General de Igualdad y Diversidad y el Programa de Educación Continua para la Igualdad realizan el Seminario Permanente sobre Violencia Familiar en el D.F, actividad de carácter público y gratuito, el cual nos permite articular procesos de reflexión y análisis en torno a la violencia familiar, desarrollar y mantener en un espacio interinstitucional e interdisciplinario que permita profesionalizar y fortalecer la prevención, atención e intervención en violencia familiar, a través de la formación continua del personal gubernamental con la participación de organizaciones civiles y académicas.


Por lo anterior el próximo lunes 09 de Agosto del presente, se lleva a cabo con el Eje temático Atención a Hombres: Retos, obstáculos y avances en la atención, cuyo Objetivo es: Presentar y discutir los elementos y temáticas relacionados a la masculinidad en el marco de la prevención de la violencia hacia las mujeres y la búsqueda de relaciones equitativas, en un horario de 09:30 a las 12:30 hrs., cabe señalar que el Seminario está dirigido a servidoras/es públicas/os del GDF y público en general.


Los temas de ponencia serán Masculinidad Cuerpo y salud y Masculinidad y Sexualidad.

Visibilizar paternidades y masculinidades positivas Devanir Da Silva CHILE

POR DEVANIR DA SILVA

31/07/2010


Visibilizar paternidades y masculinidades positivas


Recién ahora comienza a vislumbrarse la incorporación de los varones a las tareas de cuidados y tareas domésticas como una posibilidad en Chile. Y es que históricamente, hemos estado inhabilitados, autoimpuesto o desde la misma sociedad, para no ejercer labores considerados femeninos. Y si bien durante el gobierno de la ex presidenta M. Bachelet se avanzó una inmensidad en temas de género, resta por profundizar esto para llegar al ideal de una efectiva igualdad de género, para hombres y mujeres.


Si seguimos las declaraciones de la diputada DC Carolina Goic, entonces poco queda de posibilidad para los varones realmente poder tener un espacio social para iniciar una leve (re)consideración de cómo se relaciona con los demás en la sociedad, y no solo una preocupación neonarcisista o exitista globalizada en un contexto local. Ciertamente nos – los varones –quedaríamos pegados en la reacción visceral y victimizante en donde declaramos a los cuatro vientos que esta sociedad en realidad es una tiranía matriarcal en donde se nos ha quitado espacios vitales como nunca.


"Critican el tema del genoma humano y el aborto pero moldean la realidad social a su propio antojo y deseos sin considerar las consecuencias sino se atienen ciegamente a que están realizando lo ideal, que en realidad es SU ideal" Además la no-inclusión de los varones en estos temas, lamentablemente obedece a una lógica cultural binaria que empezaría por el nombre de la comisión. Se llama Comisión Mujer, Trabajo y Maternidad pero bien se podría llama Comisión Familia, trabajo y cuidado postnatal o similar porque así muchos varones, me imagino, se autoexilian de siquiera opinar al respecto porque no les toca ya que el titulo de la canción dice Mujer y no Hombre. Lo cual ciertamente no es excusa pero eso creo, desde una mirada "emic" del varón chilensis promedio, es lo que opina o piensa del tema postnatal.


Lo que sí es positivo es que hay un tema pendiente de visibilizar las paternidades y masculinidades positivas que existe porque basta caminar por Santiago y se puede apreciar varones que están con sus bebes, y sus parejas, disfrutando juntos.


Puede que sean los menos porque admitámoslo que también, en el actual escenario sociopolítico es un privilegio ser padre presente y no ausente. Pero los avances en las leyes y proyectos de ley permite iniciar la transformación de lo que es para posible para algunos pocos hoy es posible hacerlo extensible a la mayoría de la población como un derecho en salud sexual y reproductiva.


Sin embargo, aquí nos topamos con unos de los axiomas socio-economicistas que tiene la Alianza, actual facción política en el poder. Esto, siguiendo su lógica socio-economicista, tendría como consecuencia que habría que remodelar la estructura de trabajo bipartito simplista entre hombres y mujeres porque los varones podrían volverse una carga para el Estado – considerando que esta entidad es vista por la derecha como una empresa - así que no solo habría que preocuparse por la mujer sino además por un hombre – y aquí converge con la mirada misógina de la derecha – que está siendo degradado o siendo menos “hombre” porque asume tareas propias de la mujer, o en el caso de las personas de estrato socioeconómico alto, ABC1, la mujer indígena mapuche o es su defecto peruana.


Entonces no están, la derecha, interesada en aumentar el postnatal porque por un lado es de sumo interés mantener el status quo simbólico y económico, y por otro sería traicionar su propio ordenamiento usado hasta ahora para relacionarse con y en el mundo.


Critican el tema del genoma humano y el aborto pero moldean la realidad social a su propio antojo y deseos sin considerar las consecuencias sino se atienen ciegamente a que están realizando lo ideal, que en realidad es SU ideal.


Si bien la declaración de Lily Peréz tiene algo de sensatez porque se sitúa en que puede pasar cuando se concretice el postnatal de seis meses, en el contexto laboral de chile hoy, la crítica de ese enunciado es muy sincrónico su el análisis porque no considera que se apunta a desarrollar un capital humano integral sino se valora pasivamente solo el factor económico del ser humano, y se vislumbra la alianza como un club de fans que elogian la “ley del mínimo esfuerzo”.O sea no cambiemos la estructura sino solo cambios y maquillajes superficiales.Sería una lógica que diría algo como: “Para que cambiar algo que ha funcionado bien hasta ahora”.


"Creo que es necesario realizar acciones de visibilización de las masculinidades en transformación y legitimar la no estandarización de las identidades sociales"La otra interpretación que veo que tiene la derecha, que subentiendo de sus declaraciones, es que el postnatal resta fuerza obrera enajenada al mercado para que funcionen bien las empresas. La visión de lo masculino, desde la derecha, - además ser en singular - no deja cabida al desarrollo y la expresión de los varones del amor y cariño por la propia descendencia, porque si un presidente de partido como Carlos Larraín con sus fugas ideológicas resulta muy esclarecedoras de la dirección de las acciones de la Alianza que más bien buscan cuidar la masculinidad tradicional autoritaria.


Creo que es necesario realizar acciones de visibilización de las masculinidades en transformación y legitimar la no estandarización de las identidades sociales, y que si bien identidades masculinas tradicionales tienen su claro asentamiento ideológico en el sector de la derecha dura pero también en el sector popular chilensis (reflejados en programas televisivos como Morandé con Compañía) es necesario, como primer paso, provocar una sinergia para modificar la representación social de las identidades masculinas.


Los varones que no se sienten parte de esa estandarización simbólica seguirá, desde la vida cotidiana y con el mayor interés de entregar una visión de mundo pluralista y amplificadora, participando e estando presente con sus hijos/as en cada espacio posible y unificando fuerzas con mujeres y hombres, en la sociedad civil, que están en la búsqueda de una realidad con igualdad de género e igualdad oportunidades en todo sentido, sin estereotipos femeninos y masculinos ancladas en un tiempo pasado


*Por Devanir Da Silva, Antropólogo social, U de Chile


FUENTE: http://www.mujeresycia.com/?x=nota/36475/1/visibilizar-paternidades-y-masculinidades-positivas-

Los machos se ven en la casa LA TERCERA CHILE

Ya no se trata de ser el sostenedor del hogar. Tampoco de autos lujosos o tomar mucha cerveza. El máximo signo de estatus de la masculinidad hoy es tener una familia. Sí, ser buen padre y buen marido. Eso, por sobre cualquier otra definición, es el símbolo máximo de lo que significa ser hombre, según una investigación de la consultora internacional Ipsos.


POR ANDREA PÉREZ MILLAS - 31/07/2010 - 09:00


Quizás las mujeres piensen que es algo que queda claro al nacer. Que la anatomía no engaña. Para ellas, un hombre es hombre desde el minuto en que nace; se lo viste de azul, aprende a jugar fútbol, odia a las niñas y luego ama a las mujeres. En ese orden. Pero tener el rótulo, para ellos, es sólo el principio. La asignación de una tarea.


Ser hombre, uno de verdad, no significa jugar en una liga y ganar un 30% más que las mujeres en un mismo cargo. Ni tomar mucha cerveza y madurar después que ellas. El sitio estadounidense Askmen.com, manual de estilo y fiel reflejo de lo que quiere, tiene y necesita un hombre, se asoció con la consultora internacional Ipsos para encuestar a quien estuviera dispuesto a responder qué define la masculinidad. Cien mil hombres contestaron más de 100 preguntas, y concluyeron que el símbolo máximo de estatus masculino no está ni en una cancha ni entre las piernas: para ellos, la hombría se confirma al tener una familia.


La segunda opción, tener una carrera exitosa, alcanza apenas el 26%, seguida de símbolos tanto más clichés -y tanto menos honorables-, como una pareja atractiva, una casa envidiable y un auto deportivo o de lujo. Pero hoy, la masculinidad, "lo que define a un verdadero hombre en 2010" -como se pregunta en la encuesta-, es ser un buen padre y marido, y preocuparse de la familia.


COSTUMBRES LATINAS


Puede que la respuesta provoque suspicacias. Que deje la sensación de que es una frase políticamente correcta, o de que las esposas estaban rondando el computador cuando los hombres respondieron. Sobre todo considerando que, para 2008, el 40% de los matrimonios en Estados Unidos terminaba en divorcio, y que en 2009 hubo un 9% más de divorcios que matrimonios en Chile. Sobre todo cuando está tan de moda la serie estadounidense Mad Men, con un protagonista, Don Draper, que carece de escrúpulos y le sobran amantes.


Pero el sicólogo Rodrigo Aguirre, de la Clínica Alemana, es tajante: "No nos debería sorprender. (…) En Latinoamérica, el gran referente para armarse como hombre es la familia". Un factor común en la región, explica el especialista, son los clanes extendidos y numerosos, en los que todas las generaciones y todas las ramificaciones se conocen. Por eso se sabe lo difícil que resulta, a veces, mantener al núcleo familiar cohesionado. Porque siempre requiere de esfuerzo.


Y testimonios de esa verdad sobran. Opiniones que concuerdan con la encuesta internacional, también. José Miguel Costa, un corredor de propiedades de 55 años, es de los que creen que formar una familia es un símbolo de masculinidad: "El ser hombre va por los sacrificios, y por tu señora y tus hijos haces todos, todos los sacrificios que existen en la vida". Y a veces, parte de esos sacrificios es darse cuenta de que la visión que se tiene de lo que es ser un hombre, hoy es distinta a la de hace 10, 20 ó 30 años.


LO QUE LAS MUJERES QUIEREN


Según la sicóloga de la Universidad Diego Portales Florencia Herrera, el cambio en lo que significa ser hombre se debe, principalmente, a las expectativas respecto del rol del género. Lo que las mujeres esperan de ellos. Según Aguirre, de la Clínica Alemana, el concepto de hombría "se forma en función del rol femenino". Ambos coinciden en lo evidente; en que la inserción de la mujer en el mercado laboral alteró la dinámica tradicional de los roles. Y que esto obligó a "una relectura de las relaciones familiares", como explica Aguirre.


Romper el binomio del hombre proveedor y la mujer dueña de casa implicó cambios mayores. Reformular la estructura familiar y aceptar que la masculinidad ya no dependía de las mismas cosas que hace 20 años. Que el hombre no era más hombre por ser el sostenedor, porque eso fácilmente podía dejar de suceder -siendo reemplazado o igualado por la mujer-, y que la señora no era la única que debía hacerse cargo del hogar y de los niños.


Cifras del PNUD hacen visibles esos cambios. En su Encuesta Desarrollo Humano de este año, sólo un 18% de los entrevistados se identifica con el perfil "tradicional" de las relaciones de género.


La reestructuración de la familia -y la redefinición de los roles- se debe a los dos conceptos que abarcan a la mayoría de los encuestados: un 26% calza con el perfil "pragmático" en cuando a las relaciones de género, y un 23% con el "liberal". Eso implica, por ejemplo, que el 83% de los primeros cree que hombres y mujeres son igual de capaces de administrar el presupuesto familiar, y que un 78% de los segundos piensa que ambos son buenos jefes.


BUSCANDO NUEVO TERRITORIO


Qué le queda al hombre, entonces: repensar su rol en la familia. "Ahora, ellos ven de manera distinta el tema de ser papá", explica Herrera. "La clave es involucrarse en la crianza de los niños, y vincularse afectivamente con ellos". Según la sicóloga de la UDP, ahí radicaría la importancia que le habrían dado los encuestados por Askmen.com a ser un buen padre, un buen marido y preocuparse de la familia. Porque ya que la mujer estaba "invadiendo" un área que había sido históricamente suya -el mercado laboral-, ellos debían compensar el terreno perdido explorando uno nuevo: la crianza de los hijos.


"El del hombre ya no es un rol protector, duro y castigador", explica Aguirre. Para él, "la incorporación de la emocionalidad y del cuidado y protección de las relaciones afectivas" define al hombre hoy en día. Y lo diferencia de su padre y su abuelo. Aunque eso no significa que haya hábitos que no cambian. Que están en el ADN de los cromosomas XY. Porque aunque un 95% de los encuestados de Askmen.com cree que ahora "los verdaderos hombres sí lloran"; y a pesar del 58% que reconoce usar "productos adicionales" para el cuidado de la piel; y aunque sólo un 12% sigue pensando que ellos deberían pagar todo cuando salen con una mujer, la cerveza se mantiene como el trago masculino por excelencia. Y, según el sicólogo de la Clínica Alemana, el Club de Tobi sigue siendo una institución.


Pero hay otros hábitos igual de arraigados que complican al género en vez de relajarlo. Que lo asustan. "Perder el control o dejar de controlar es lo que más les ha costado a los hombres", explica Aguirre. Aunque sea inevitable cuando tienen una pareja con independencia económica, cuando existen mujeres presidiendo países y cuando tienen jefas dándoles órdenes en el trabajo.


Por eso, como es lógico, los hombres huyen cuando algo les incomoda. O cuando no se acostumbran. Y vuelven cuando entienden que, a fin de cuentas, es lo que les corresponde. Que eso es lo que hace un verdadero hombre. Como Clint Eastwood; un ícono de masculinidad y uno de los cinco elegidos por la revista GQ como "hombres del año" en 2009. Un hombre golpeado del Lejano Oeste, que sabe lo que es pasar hambre y frío y tener que aguantarlo porque, justamente eso, es otra cosa que los hombres hacen: cumplir sus promesas sin importar los sacrificios. Y aunque Clint se dio cuenta tarde -en mayo cumplió 80 años-, es lo suficientemente hombre como para reconocer que recién a los 70 valoró lo que significaba tener una relación cercana con sus hijos, y volver a la casa y tener una mujer esperándolo. Sólo una. Eso, según él, es cumplir con la tarea. Merecer el rótulo. Ser un hombre.


FUENTE: http://www.latercera.com/contenido/659_280635_9.shtml

martes, 27 de julio de 2010

Curso Taller Masculinidad/es Devanir Da Silva Concha

Querid@s amig@s, con mucho gusto compartimos información recibida de Devanir, quien cuenta con un amplio reconocimiento por su trabajo. Les invitamos a sumarse a su nueva propuesta y a Devanir, le felicitamos y agradecemos por la misma. En nuesta lista de blogs también hemos incluido un enlace al nuevo sitio.

Hola estimado/a internauta

Estamos en la fase promocional de este intento "virtual/artesanal" de aportar a lo que se refiere a estudios de masculinidades en un contexto nacional que amerita cierta reflexión al respeto. Tanto por los temas públicos como por los femicidios, la identidad sexual en la juventud/es, la vida sexual en la tercera edad, etc. Así les quiero invitar a participar del taller que tendrá este blog como punto de partida para compartir reflexiones y avisar de cosas más pragmáticas como compartir apuntes, inquetudes desde el quehacer profesional, leer los textos, reflexionar a partir de la vida y peliculas etc.

La idea del curso taller es introducir, profundizar y aportar a profesionales en distintas áreas, no necesariamente restringido a ciencias sociales, a el valor agregado que tiene los estudios de masculinidades para sus respectivas profesiones. Inserto en el ámbito de la perspectiva de género, los estudios de masculinidad aportan a visualizar a los hombres como seres sexuados y poseedor de un proyecto de género, como diría R.W Connell.
El aprendizaje obviamente es muto y tratará de aportar tanto en la mirada académica del tema pero no cierra para nada el aporte desde lo emocional y más personal del asunto que nos convoca. No pretende ser un espacio terapéutico sino encontrar el valor social y cultural de las viviencias humanas entorno a las identidades masculinas.

Uno de los mayores aportes en este sentido ha sido del antropologo y sociologo frances Pierre Bourdieu con su libro "la dominación masculina"
Veanlo aqui

Temario preliminar para el taller

Temas
Nota: Esta es una propuesta preliminar y sin ningún sentido excluyente respecto a lo que se podrá llegar a tocar o desarrollar dentro del taller.


TEMA I - Historia de la masculinidad y su abordaje científico.
Reseña histórica y principales concepciones contemporáneas en el abordaje de las masculinidades. Relevancia investigativa. Estudios de género y aporte a la emergencia de los mismos

TEMA II - Los hombres en lo íntimo y lo visible.
La cultura patriarcal. ¿Persistencias?
Los hombres en el contexto familiar, en las relaciones de pareja y paternidad. El trabajo y las relaciones sociales genéricas.

TEMA III.- Los hombres y la sexualidad.
Los sentimientos y las conductas sexuales de los hombres en referencia a los mandatos de la masculinidad. Desempeños y los hombres, y su relación con lo que significa ser hombres. La diversidad sexual y las masculinidades.

TEMA IV- Estereotipos y equidad. Sus vínculos con la masculinidad:
¿Estereotipos o arquetipos, Solo productos sociales y origen de las representaciones sociales de lo masculino mal planteadas?
Identidades e Inequidades. Ciclo vital, etnicidad y discapacidad

TEMA V- Hombres y violencia
La violencia y los mandatos de la masculinidad. La violencia hacia las mujeres, hacia otros hombres y hacia sí mismos. ¿Hay otras miradas a la violencia?

TEMA VII- Las representaciones masculinas en las artes y medios de comunicación.
Los medios de comunicación y las representaciones genéricas. Cine, radio, televisión y publicidad, espacios que estereotipan los comportamientos masculinos o muestran nuevos. El arte, un espacio para legitimar o revocar las diferencias.

TEMA VIII- Metodología y varones
Trabajo temas masculinidad con grupos de hombres y con grupos de hombres y mujeres.
Metodología de talleres, videos debates e intervención. Técnicas participativas.

miércoles, 21 de julio de 2010

Promoviendo políticas de paternidad CHILE Observatorio Género y Equidad

Observamos en Chile un modelo predominante de familia de roles complementarios e inequitativos de género.


Por Francisco Aguayo. Psicólogo. Director de EME – Masculinidades y Equidad de Género


El debate sobre la licencia postnatal en Chile se inscribe en un contexto en que las tareas de cuidado y crianza son realizadas principalmente por las mujeres (71% del trabajo no remunerado según la Encuesta de Uso de Tiempo en Gran Santiago), observándose altas inequidades de género en su distribución. Mientras que las mujeres se han incorporado masivamente al mercado del trabajo los hombres, por su parte, se han involucrando muy tímidamente en tareas de paternidad y muy escasamente en las tareas domésticas. De este modo se observa en Chile un modelo predominante de familia de roles complementarios e inequitativos de género.


Solo muy recientemente la paternidad de los hombres comienza a ser relevada como posibilidad y a ser estudiados sus efectos. Diversas investigaciones (Allen y Daly, 2007; Barker, 2003; Fathers Direct, 2005; National Responsible Fatherhood, 2008; Nock y Einolf, 2008; Ravanefra, 2008) sugieren que cuando los padres tienen una presencia de calidad estando involucrados e implicados en el cuidado y crianza de sus hijas/os –residan o no con ellos- estos tienden a desarrollarse mejor en diversas áreas tales como su salud física y mental, rendimiento académico y desarrollo cognitivo, habilidades sociales, autotestima, etc. La paternidad de los hombres también suele ser positiva para la madre, quienes tienden a tener menos sobrecarga de tareas de cuidado y domésticas e incrementar su salud. Finalmente los propios hombres se benefician, reportan sentirse más satisfechos con sus vidas y presentan mejor salud mental y física: se cuidan más, enferman menos y participan más en la comunidad.


Una de las principales herramientas mediante la cual se ha logrado una mayor participación de los padres en algunos países ha sido la licencia postnatal para los hombres. En la experiencia comparada el modelo más efectivo en promover la paternidad es aquel en que por algunas semanas el padre tiene un postnatal exclusivo y el resto de la licencia puede tomarla la madre o el padre y es pagada al mismo valor del salario. En los casos en que la licencia pueden tomarlo tanto el padre como la madre sin un período exclusivo para el padre, la tendencia es que sea tomada casi en todos los casos por las madres (Barker y Verani, 2008; Ray, Gornick y Schmitt, 2008)


Dado este panorama y estas evidencias si se tiene voluntad política para promover la paternidad de los hombres y relaciones más equitativas en el hogar entre hombres y mujeres, se precisa:

1) Promover políticas de género, de familia, de trabajo, de conciliación trabajo-familia y de salud sexual y reproductiva que propicien la corresponsabilidad entre hombres y mujeres en las tareas de cuidado, crianza y domésticas.

2) Desarrollar una política de paternidad amplia, con campañas y programas socioeducativos con hombres que promuevan el ejercicio comprometido de la paternidad.-

3) Diseñar una política de familia de roles equitativos de género –y no complementarios e inequitativos como existe actualmente-. Para ello se requiere promover al mismo tiempo una mayor participación de las mujeres en el mercado remunerado del trabajo e igualdad de salarios.

4) Reconocer socialmente y apoyar las paternidades alternativas como los padrastros, padres sociales, etc. Asimismo igualar derechos como los de adopción a todas las personas que conviven en uniones civiles, incluidas las parejas del mismo sexo

5) Finalmente, ampliar la licencia postnatal a 6 meses y que pueda ser tomada tanto por la madre como por el padre. Como pieza clave de la política se recomienda una licencia postnatal para los padres exclusiva (= si no se toma, se pierde) y remunerada de al menos 4 semanas de duración, siguiendo modelos como el Noruego, Sueco o Alemán. Adicionalmente se recomienda incorporar incentivos para que los padres usen la licencia de modo compartido con la madre.


Como se puede apreciar en el debate sobre el postnatal están en juego el tipo de relaciones de género que queremos construir y una de las inequidades más resistentes al cambio: cómo se distribuyen las tareas de cuidado, crianza y domésticas.


* Esta columna está basada en el Resumen Ejecutivo del mismo tema presentado a la Comisión Mujer, Trabajo y Paternidad y en un artículo en preparación.

Acceda a los Documentos sobre Masculinidades

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¿Cuidando la masculinidad o masculinidades cuidadoras?

Mandela y las indepilables

Comisión Mujer, trabajo y maternidad

FUENTE: http://www.observatoriogeneroyliderazgo.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=2877&Itemid=2

La travesía de la masculinidad EL PAIS El candil de los pensamientos

La travesía de la masculinidad (el machismo)

El modelo de hombría ha evolucionado pero persisten actitudes “micromachistas” y algunos núcleos se resisten a la igualdad. El mayor avance es la implicación en la crianza de los hijos

“Nadie se define ya como machista”, dice Luis Bonino, psiquiatra y psicoterapeuta especializado en varones y relaciones de género. “Pero queda mucho machismo encubierto”, añade. “Ha habido cambios, pero en aspectos superficiales”, precisa. No le gusta recurrir al tópico de la masculinidad. “Es una especie de esencia masculina donde se mete cualquier cosa. Prefiero hablar de un modelo masculino que se adapta a las condiciones históricas que le toca vivir”, desmitifica. En las últimas décadas en España se ha pasado de un machismo en bruto a una igualdad legal en la que perviven prácticas del viejo modelo. Es lo que Bonino denomina micromachismos. “La imagen masculina ha cambiado, sobre todo en el aspecto físico. Y además, los padres se involucran más en el cuidado de los hijos. “Pero en el ocio y lo lúdico. La parte seria y dura queda para la madre”, advierte.

Bonino lleva años reflexionado sobre el comportamiento masculino. Es crítico porque él es hombre y sabe de lo que habla. Como lo sabe Mariano Nieto, un madrileño de 52 años, funcionario del Ministerio de Industria y padre de tres hijos, que pertenece a Stopmachismo, Hombres contra la Desigualdad de Género . No es un movimiento como tal. Solo un pequeño grupo que se reúne una vez al mes para combatir desde su propio terreno la desigualdad. “Todos somos machistas. Tenemos bastantes privilegios por ser hombres y pensamos que ya que somos parte del problema, somos también parte de la solución”, afirma.

“Estar a favor de la igualdad no basta”, opina Nieto. “En ocasiones la idea de la igualdad se pervierte o se utiliza en beneficio propio. Por ejemplo, al defender la custodia compartida de los hijos tras el divorcio, y no por mutuo acuerdo, sino por decisión del juez, se esgrimen razones de igualdad, pero hay hombres que no cuidaban a sus hijos mientras estaban casados y se acuerdan de ellos al separarse”, denuncia.

En algún momento de su vida, los hombres de Stopmachismo se encontraron con una pareja, con amigas o compañeras de trabajo que les hicieron ver las desigualdades e injusticias que sufren aún las mujeres solo por serlo. “La violencia de género es solo la punta del iceberg de la desigualdad. Si los hombres no se sintieran con poder para hacerlo, no llegarían al maltrato”, señala. Bonino admite que los españoles tienen cada vez una mayor conciencia de igualdad, pero la mayoría ve aún a la mujer como alguien que nutre al hombre. “Me enriquece”, dicen. “No hay reciprocidad”, explica.

“Lo que ha cambiado es lo social, no la biología, y eso ha puesto en solfa muchos mitos”, afirma María Ángeles Durán, catedrática e investigadora del CSIC. “Las mujeres perciben estas transformaciones como un cambio a mejor, mientras que algunos hombres se resienten porque han perdido dominio y exclusividad. Pero han ganado en libertad y en reconocer que la vida personal es importante”, prosigue. Unos cambios que aún no han terminado.

Durán hace ver que la maternidad, aún siendo una dedicación permanente, cada vez ocupa menos tiempo en la vida de la mujer como actividad puramente fisiológica. “Teniendo en cuenta que hay 1,4 hijos por mujer, y a tenor de nueve meses, representa un 3% de su vida”, señala. La masculinidad ha iniciado también su propia travesía. Tras años de fomentar una imagen de poder, “ahora son sucesivamente fuertes y débiles, solidarios y agresivos… Se les reconoce su individualidad”, continúa Durán. Los hijos son otra de sus conquistas. “Es una relación que se hace cada vez más profunda. Conocen y tratan a sus hijos como nunca lo han hecho. Se han engrandecido. La hombría no era solo la agresividad, sino también los afectos y la solidaridad”, concluye.

Hubo un tiempo en que el hombre era ante todo eso, género. La masculinidad, y no siempre la individualidad, los definía. Cortados todos por el mismo patrón, atrapados o felices dentro de su papel dominante, destinados a hacerse en algún momento de su vida el nudo de la corbata. Entereza, valor, hombría. Hubo un tiempo en que estas eran palabras intercambiables. Y lo siguen siendo en algunas de sus acepciones. Aunque también se asociaba con la fuerza, la agresividad, o el ejercicio de la guerra. Un conjunto de tópicos que hace tiempo que se tambalearon. “El hombre cambia inducido por la mujer: lo que hace es adaptarse”, afirma la socióloga Myriam Fernández Nevado. “La clave ahora es la participación: hay una interrelación personal y social entre hombres y mujeres más participativa. No es tanto un cambio de papel o de modelo como de funciones”.

¿Qué queda entonces de la hombría? “En el fondo queda demasiado. Como concepto ha quedado trasnochado. Pero los malos tratos están muy relacionados con la pervivencia de esos supuestos valores”, asegura Mercedes Fernández-Martorell, profesora de Antropología Social y Cultural de la Universidad de Barcelona. “Aunque muchos hombres están modificando sus tradicionales conductas, en la transmisión de valores a los hijos se reproducen los antiguos esquemas. Dentro de las familias no se percibe tanta evolución. Es difícil encontrar padres y madres que vivan una total complicidad, que sean responsables de todo en casa y lo compartan todo”, continúa. “Entre los jóvenes las ideas son más igualitarias, pero solo las ideas…”, agrega.

“La hombría se ha ido redefiniendo porque no es posible que cambie lo femenino y que no lo haga lo masculino. En el pasado el hombre era el proveedor único. Se le obligaba a aparentar que podía con todo. Ahora ha perdido su carácter dominante por razones demográficas, de esperanza de vida. Ya no puede ser así”, argumenta Durán. “A la hombría se vinculaban cualidades consideradas masculinas, como el buen ánimo, la serenidad y la inteligencia, algo que ya no se sostiene desde que las mujeres han llegado a la Universidad y al mundo profesional. La educación ha cambiado las cosas. Muchos de estos valores considerados masculinos lo eran porque las mujeres no tenían ocasión de ejercitarlos. Cuando han tenido posibilidad de hacerlo los han incorporado”, precisa.

“Los cambios de modelo se están dando sobre todo en las clases medias y altas. Entre adolescentes hay mucha diversidad. Depende de los valores educativos que sigan. Aún se conservan valores populares ligados a la masculinidad”, recuerda. “Hay menos machismo en su conjunto, pero se da cierta polaridad y el residual es recalcitrante. A muchos hombres les cuesta la igualdad: o estamos por arriba o estamos por debajo, parecen decir”, sigue Bonino.

“Naturalmente, hay resistencias. Dentro de la sociedad hay núcleos anclados en el pasado, con una especie de liturgia propia y unos patrones de conducta más rígidos, y entonces el cambio es más costoso”, asegura Fernández Nevado. “Porque no solo cambia el comportamiento, sino la mentalidad. Pero cambiar no es errar sino buscar nuevas actitudes”, agrega.

El machismo es también una losa para algunos. Ser hombre, sin embargo, tiene todavía muchas ventajas. “Por ejemplo, los hombres tienen más tiempo libre. Y sin embargo, algunos se muestran cabreados si ellas ascienden. Y culpan de sus males al feminismo”, explica Bonino. “Sin embargo”, añade, “los hombres, cuando les pisan sus derechos o perciben que son víctimas chillan, no se quedan con los brazos cruzados, y surgen grupos contraigualitarios“. En definitiva, “hay hombres que van a mejor. Pero otros van a peor”, sintetiza.

Brad Pitt, Patrick Dempsey, David Bisbal o Antonio Banderas, tan diferentes entre sí, representan al nuevo icono masculino. Siempre con sus niños en sus ratos de ocio unos, sin temor a emocionarse en público otros o de apoyar a su pareja en los malos momentos. Para muchas mujeres lo marcadamente varonil sólo interesa como imagen (y como identidad sexual), pero sin alardes de dominio. Ninguna exhibición de testosterona seduce a estas alturas. “Con todo, no todos los que están a favor de la igualdad lo hacen por las mismas razones: unos quieren corregir esa injusticia. Otros piensan que ir juntos hombres y mujeres también les beneficia”, termina Bonino.

Aunque minoritarios, hay grupos de hombres contra la desigualdad en el País Vasco, Madrid, Andalucía… Con frecuencia realizan talleres para analizar su obsesión por el poder. “Hace poco organizamos unos talleres para movimientos sociales y vimos que hasta entre los okupas pervive el machismo”, recuerda Nieto. “Salvando las distancias, algunos nos reunimos por lo mismo que los alcohólicos anónimos: recordamos que seguimos siendo machistas, aunque intentamos dejar de serlo”, argumenta. Con razón su madre suele decirle a su nuera, es decir, a la mujer de Nieto: “Pero ¿te das cuenta de la maravilla de hombre que tienes…?”. Hay tan pocos así…

Los malos tratos están relacionados con la existencia de valores antiguos

La violencia es la punta del iceberg de la desigualdad

El nuevo hombre pierde dominio y gana en libertad y en vida personal

Él cambia inducido por la mujer. Se adapta

Brad Pitt, Bisbal o Antonio Banderas son la imagen del nuevo icono

Artículo de INMACULADA DE LA FUENTE de 26/06/2010 publicado en http://www.elpais.com/


FUENTE: http://elcandildelospensamientos.wordpress.com/2010/07/20/la-travesia-de-la-masculinidad-el-machismo/