martes, 13 de enero de 2009

Noticias del III Coloquio Internacional sobre Varones y Masculinidades - Diciembre 08 Medellín

Querid@s amig@s:

A la espera de poder presentarles los documentos del Coloquio de Medellín del pasado Diciembre, les compartimos material recibido de Francisco Aguayo, de EME.

"Texto sobre masculinidades y aborto publicado en el sitio del CLAM. Mejor seguir el link de origen ya que varios de los artículos mencionados están
con un link al texto.
Saludos, EME
www.eme.cl


Fuente:
http://www.clam.org.br/publique/cgi/cgilua.exe/sys/start.htm?infoid=5040&sid
=21&UserActiveTemplate=_ES

Masculinidades y aborto

Durante el III Coloquio Internacional sobre Varones y Masculinidades,
realizado en Medellín del 3 al 5 de diciembre, las profesoras Maria Luiza
Heilborn, Mónica Petracci y Mara Viveros presentaron tres ponencias en las
que expusieron avances de la investigación “Heterosexualidades,
contracepción y aborto”. El estudio fue desarrollado por el CLAM en las
ciudades de Río de Janeiro, Buenos Aires y Bogotá. Aunque la investigación
tiene diversos objetivos e involucra entrevistas con hombres y mujeres con
experiencias sobre aborto, el eje de las presentaciones se centró en la
comprensión que los hombres tienen del aborto y las posiciones que asumen
frente al hecho.

Maria Luiza Heilborn presentó la ponencia “A perspectiva masculina face ao
aborto: um estudo socioantropológico no Rio de Janeiro, Brasil” elaborada
con Elaine Reis Brandão, y Cristiane S. Cabral. Partiendo de un panorama de
los estudios de género en Brasil y la emergencia de los estudios sobre
masculinidad en ese campo presentó un análisis de la experiencia
diferenciada de jóvenes de clase media y de clase popular en relación con la
anticoncepción. El eje del análisis se centró en los procesos de toma de
decisión y la experiencia del aborto en la que se destacan actitudes de
silencio, distanciamiento, incertidumbre y externalidad.

Según la autora, si analizamos la experiencia de participación de los
hombres en la decisión del aborto, esta “varía desde una total exclusión, en
la que la compañera se limita a comunicar posteriormente el hecho, hasta un
involucramiento que supone una discusión en la pareja sobre lo que sería la
mejor decisión en ese momento. Esto incluye a veces una participación de él
para conseguir los medios con los que su compañera se realizará el aborto.
En todo caso, dos elementos llaman la atención: la mayoría de ellos declaran
estar en contra del aborto, incluso en los casos en los que no fueron
consultados; segundo, la ausencia física del hombre, sea en el momento en
que la compañera toma el medicamento para inducir el proceso, en el que ella
va al hospital para completar el proceso de aborto, o en los casos en que se
recurrió a una clínica clandestina”.

En relación con la posición contraria al aborto entre jóvenes de clases
populares, Heilborn exhortó a entender contextualmente esa posición,
teniendo en cuenta “la densidad semántica que, para las clases populares,
significa ‘asumir lo que hizo’. En ese sentido, ‘estar en contra’ del aborto
está relacionado con ‘asumir’ [una responsabilidad], elemento subyacente a
la lógica de construcción de la identidad masculina expresado en el ‘asumir
la paternidad’, hecho ya demostrado en otros trabajos etnográficos con
jóvenes en sectores populares”.

Bajo el título de “ Varones, aborto y trayectorias socioafectivas según las
experiencias y relatos de varones y mujeres de Buenos Aires, Argentina ”
Mónica Petracci expuso un panorama general de cómo ha sido abordada la
situación de los hombres en los estudios sobre aborto. A partir de la
reconstrucción y el análisis de la toma de decisión, la puesta en práctica y
las huellas de la experiencia de aborto en las trayectorias socioafectivas
de varones residentes en el área metropolitana de Buenos Aires, Argentina,
el texto elaborado junto con Mario Pecheny, Alejandro Capriati y Marina
Mattioli intenta responder algunos interrogantes referentes a las
experiencias de los varones respecto del aborto de una mujer con quien están
o han estado unidos sexual o emocionalmente y como esa situación afecta la
construcción de su masculinidad en una particular etapa del ciclo vital.

Según la ponente, se dan tres situaciones, que no guardan correlación con
variables generacionales ni socioeconómicas. La más común es la del aborto
en parejas “estables, prolongadas, importantes”. Luego tenemos dos
situaciones “minoritarias”; una de ellas es “cuando el aborto ocurre al
inicio de la vida sexual y/o de pareja (adolescencia y juventud)”. La otra
situación minoritaria es lo que los autores del trabajo denominan “otras
situaciones” (parejas ocasionales desconocidas e incluso muy casuales,
amantes, encuentros con ex parejas, otras no mencionadas en la línea de la
trayectoria). En este último caso no aparece ningún joven de sector
socioeconómico alto. Las actividades y las ocupaciones tienen peso
significativo en algunos casos; en otros emerge como cuestión significativa
el patrón de uso o no-uso de métodos anticonceptivos.

Los autores plantean cuatro dimensiones para analizar la participación del
varón en la decisión de interrumpir un embarazo y la temporalidad de esa
experiencia: la noticia, es decir cómo se enfrenta la posibilidad real de
interrumpir un embarazo; la decisión, en la que parece ser relevante el
momento de la vida sexual y afectiva y las perspectivas de futuro; los
motivos, entendidos como la elaboración argumentativa para tomar la
decisión; y, finalmente, los circuitos y las modalidades de intervención, es
decir, los procesos y recorridos para efectuar el aborto como tal.

Mara Viveros presentó el texto “ Trayectorias afectivas masculinas y aborto
(el caso colombiano) ” realizado con Ángela Facundo y Carmen Vásquez, que
analiza cruces entre las decisiones sobre el aborto y las trayectorias
erótico-afectivas de los hombres. Viveros expuso cuestiones referentes a la
decisión del aborto en relación con el curso de vida, las expectativas
sociales de clase, los proyectos de vida y las trayectorias
erótico-afectivas. Asimismo, propuso una tipología preliminar para
identificar las diferentes formas de participación masculina encontradas en
el caso bogotano respecto a la decisión del aborto, analizando determinadas
recurrencias:

En los casos de “decisión solamente femenina” se argumenta que los hombres
no tienen posibilidad de decisión con respecto al aborto por considera que
se trata de algo que ocurre en el cuerpo de la mujer. Con respecto a “los
que desean ser padres y no lo expresan” cuando es mayor el inconveniente que
el deseo de paternidad, los hombres indagan acerca de la voluntad de la
mujer y “se acogen a decisión sin manifestar su deseo de paternidad”. Lo
mismo sucede cuando desean ser padres pero eso es censurado por sus parejas.

En otros casos los varones ejercen “presión indirecta, cuando no desean
continuar con el embarazo, pero dejan la decisión final en manos de las
mujeres. A veces expresan abiertamente su voluntad de interrumpirlo y hacen
una listado de las consecuencias negativas que acarrearía continuar con el
embarazo y les dejan a ellas la responsabilidad de la decisión”. Ejercen
“presión directa” cuando obligan a su pareja a interrumpir el embarazo,
presionándola “incluso cuando ella ha expresado su deseo de continuarlo”.
Hay casos de decisión conjunta, cuando “ambos expresan dudas, lo discuten,
evalúan y finalmente deciden interrumpir el embarazo”. Puede no haber dudas
pues, “la discusión se ha dado antes de que ocurra el embarazo, como parte
de los arreglos de pareja”.

Están, finalmente, los que no son consultados. “En este caso los hombres se
enteran de los abortos después de que estos han ocurrido, ya que sus parejas
los excluyen de la toma de decisión. Al respecto –señalan las
investigadoras- muchas veces la decisión femenina de no consultar no obedece
a la autonomía sobre sus decisiones reproductivas sino a una interiorización
de la condición femenina de la reproducción o a la intuición de la respuesta
negativa por parte de sus compañeros. Lo negativo puede ser también
entendido como una respuesta contraria a sus deseos.”

Pensar el deseo desde las ciencias sociales

Durante la discusión de la mesa surgieron algunas inquietudes referidas a
cómo pensar el deseo y el sexo desde las ciencias sociales, teniendo en
cuenta que muchas veces se mueven en registros muy diversos, cuya
comprensión no es lineal.

Frente a la cuestión de cómo esos registros pueden ser abordados con las
metodologías de las ciencias sociales, que muchas veces privilegian la
racionalidad, Heilborn insistió en que los deseos pueden pensarse
socialmente porque están socialmente determinados, pero en este campo no hay
lógicas universales que operen uniformemente. A propósito, trajo a colación
la manera en que se piensa la sexualidad y el embarazo adolescente en
Francia, en comparación con el Brasil. El embarazo adolescente en Francia es
bajísimo, lo que supone, según los investigadores, un consenso sobre no
tener relaciones sexuales sin protección, es decir, una fuerte cultura de
reflexividad sobre la sexualidad que está incluso muy presente en las
escuelas, en la educación sexual, y en la disponibilidad de métodos
anticonceptivos y preservativos para los jóvenes. A su vez, quienes han
investigado en Brasil sobre sexualidad se refieren a una cultura de la
espontaneidad en relación con el sexo: el deseo es urgente y es concebido
como una fuerza incontrolable, lo que lleva a no pensar tanto en protección.
Teniendo en cuenta la existencia de matices dentro de estos modelos, en
ambos casos se trata de hábitos arraigados, que influyen en la constitución
de las subjetividades en relación con el placer y con el sexo.

Petracci señaló en que es importante aclarar los modelos utilizados para
describir la sexualidad y el deseo. El trabajo de campo de la investigación
del CLAM sobre heterosexualidades, contracepción y aborto ofrece resultados
interesantes para saber qué modelos usan los propios sujetos. Una de las
manifestaciones principales del deseo es el lenguaje y, para el caso de la
investigación llevada a cabo en Buenos Aires, esta experiencia se explicita
en los tropiezos, lo inconsciente y los lapsus.

Viveros, insistió en que el análisis debe llevar en consideración que los
seres humanos, además de seres pensantes, son seres deseantes. “Son dos
niveles diferentes de análisis de esa realidad que podemos llamar deseo,”
manifestó la investigadora colombiana. Incluso en los niveles que podríamos
llamar inconscientes también inciden los efectos sociales, históricos y
culturales, pero eso no supone que puedan gobernar así tan sencillamente”.
Sobre las comparaciones entre culturas locales, Viveros argumentó que, en
relación con la cuestión de la espontaneidad planteada por Heilborn, en
Francia son tan deseantes como en México o en Colombia, la diferencia radica
en los diferentes modelos de gobierno de los cuerpos y de las sexualidades.
En ese sentido, sería útil pensar esa comparación en términos de
dispositivos sexuales y de gobiernos de los cuerpos diferenciados según
tipos de prácticas estatales. Para Viveros, esa manera de describir la
sexualidad en Brasil es una representación relacional que tiene que ver
también con una representación sexualizada de lo brasileño y racionalizada
de lo francés. A su vez, ese modo de concebir la anticoncepción está
relacionado con posibilidades de movilidad social lo que genera diferencias
bastante fuertes de cómo se concibe el deseo y de cómo se asume protección o
planificación en las relaciones sexuales.

Mayor declaración de aborto por parte de los hombres

Frente a los hallazgos de la investigación HEXCA (Heterosexualidades,
contracepción y aborto en Argentina, Brasil y Colombia), entre el auditorio
surgió la inquietud acerca de la mayor declaración de experiencias de aborto
por parte de los hombres y la manera en que ellos enfrentan socialmente esa
experiencia en comparación con las mujeres.

Heilborn hizo referencia a encuestas realizadas en Brasil cuyos resultados
señalan que los hombres declaran hasta tres veces más abortos que las
mujeres. La investigadora explicó que esa declaración se debe a la mayor
facilidad de los hombres para hablar del aborto, ya que no pueden ser
acusados de un crimen y están socialmente menos restringidos que las mujeres
en relación con esa experiencia.

En Argentina, según planteó Petracci, los datos son similares. Sin embargo,
a partir del trabajo de campo de esta investigación, Petracci enfatizó que
la dificultad no se da tanto para hablar del tema (tanto por parte de los
hombres como de las mujeres), sino para localizar personas disponibles para
hablar de sus experiencias. También citó algunas encuestas de opinión sobre
el aborto en Argentina en las cuales no aparecen diferencias significativas
entre hombres y mujeres en lo que respecta a las opiniones de acuerdo o
desacuerdo sobre el asunto.

Hombres, embarazo y aborto

Otra línea de preguntas del público hizo referencia al embarazo como una
experiencia exclusiva de las mujeres y al embarazo adolescente como cuestión
de las mujeres adolescentes. Las mujeres son las que se embarazan por lo que
las experiencias de los hombres sobre los eventos reproductivos quedan
invisibilizadas no sólo en las

representaciones sociales y en los programas públicos, sino también en las
investigaciones. Esta línea argumental presume pensar el aborto como un
problema exclusivamente de las mujeres.

Frente a esta inquietud, Viveros explicó que hay ciertas emociones y
experiencias sobre la paternidad excluidas del repertorio masculino, pero no
por ello podemos dejar de ver la paternidad como una experiencia fundamental
para los proyectos de vida de los hombres. Los estudios sobre el asunto en
América Latina presentan la paternidad como algo importante en el proyecto
de vida de muchos hombres; en sectores populares, inclusive, la paternidad
aparece como un modo de tornarse adulto y un miembro respetable de la
comunidad.

Por su parte, Heilborn mencionó el caso de un movimiento de parejas
embarazadas en Brasil. Este proyecto de vida hacía que los hombres se
involucrasen fuertemente con el embarazo, al punto de autodenominarse
hombres embarazados. La investigadora aclaró que si bien era un fenómeno
relacionado básicamente con clases medias, han surgido programas que
pretenden fortalecer esta práctica de la participación de los hombres en el
embarazo con la intención de cambiar paulatinamente la idea del embarazo
relacionado sólo con la mujer.

Petracci señaló que la decisión del aborto es un punto de tensión entre
hombres y mujeres, aunque también existen decisiones de común acuerdo. A
nivel político es un debate muy complejo, ya que como la reproducción se da
en el cuerpo de la mujer, el nivel de decisión de hombres y mujeres no puede
ser equiparado. Asimismo, Heilborn señaló que otro punto que complejiza el
análisis es el modo en que el movimiento feminista reivindica el aborto,
como una afirmación de la autonomía del cuerpo de las mujeres frente a los
hombres y frente al Estado. Promover, a través de políticas públicas, la
participación de los hombres en esas decisiones puede poner en riesgo esa
autonomía.

La importancia social y política de la investigación sobre aborto

Tanto Petracci como Viveros identificaron el aporte de estos estudios a los
procesos de despenalización del aborto en la región. Viveros añadió que
hablar del aborto, mantenerlo en el debate público y promoverlo como objeto
de estudio, ya es un aporte fundamental. Señaló también que la reflexión
sobre el asunto debe ser más amplia, ya que forma parte de una discusión que
se enmarca en el debate mayor sobre sexualidad y género. En este sentido, es
importante unir el tema del aborto a la maternidad. La planificación ha sido
impuesta para ciertas mujeres a las que no se les permite ser madres,
censurándoles socialmente esta posibilidad. Para algunas el aborto puede
significar liberación y para otras imposición.

Finalmente, Heilborn, citando el caso en el que cerca de dos mil mujeres
procesadas por práctica de aborto en la capital del estado de Mato Grosso do
Sul, señaló que el manejo y la socialización de los resultados que va
arrojando este estudio desarrollado por el CLAM ha sido todo un reto en el
caso brasileño, ya que hay un fuerte ambiente de penalización y de
persecución que hace que cómo manejar esta información, qué tipo de análisis
hacer y qué datos publicar en ese contexto sea una gran responsabilidad para
los investigadores.

Fuente:
http://www.clam.org.br/publique/cgi/cgilua.exe/sys/start.htm?infoid=5040&sid
=21&UserActiveTemplate=_ES"


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