domingo, 14 de junio de 2009

La "paradoja femenina" LA TERCERA CHILE

La "paradoja femenina": han logrado más trabajo y más estudios, pero son menos felices que hace 30 años

La participación de las chilenas en el trabajo se duplicó y su ingreso a la universidad creció cinco veces en tres décadas. Pero un estudio de la Universidad de Pensilvania reveló que la brecha de felicidad entre mujeres y hombres se disparó en favor de ellos.

por Andrea Buccioni L. - 14/06/2009 - 11:52


Ganan mejores sueldos, ocupan más cargos públicos y son ellas las que han tomado las riendas de los hogares, pero son menos felices que hace 30 años.

Es la polémica conclusión a la que llegó una investigación de la Universidad de Pensilvania, en EEUU, que comparó los índices de felicidad de hombres y mujeres desde 1975 a 2005 y comprobó que el bienestar de ellas ha disminuido, mientras el de los hombres aumentó. Si en 1970 las mujeres que se reportaban muy felices eran un 15% más que los hombres, hoy incluso son 8% más proclives a reportarse "no muy felices".

La realidad chilena no está lejos. En los 70, la participación en el trabajo de la mujer llegaba al 24% y hoy se ha duplicado. Apenas un 7% tenía educación superior y actualmente ese porcentaje se quintuplicó. A pesar de eso, el 54% de ellas dice no ser más feliz que sus padres, según concluyó una encuesta realizada por Cimagroup el año 2006.

Los autores del estudio la definen como la "paradoja femenina" y la explican porque los aspectos que conforman su felicidad se han diversificado en los últimos años: la felicidad en la vida "puede haber significado sólo la casa y ahora se ha ampliado a una combinación de trabajo y hogar", comenta a La Tercera Betsey Stevenson, autora del estudio. La ecuación es simple: como es más difícil alcanzar el mismo grado de satisfacción en múltiples dominios, el promedio de felicidad ha disminuido.

La vara de la felicidad está incluso más cuesta arriba, pues hoy no sólo se mide en lo laboral y familiar, "sino también un rol en la vida comunitaria y pública", explica Valentina Ciudad, gerenta del Programa Acción, Familia y Trabajo de Comunidad Mujer. El ideal es ser una mujer líder, independiente y capaz de manejar la casa, todo esto sin dejar de ser físicamente atractiva y femenina. Una mujer que logra todo eso no es sólo una excepción a la regla, sino un ejemplo que frustra a quienes se comparan con ella. Los expertos en género estiman que la sociedad les exige más a ellas incluso en aspectos poco relevantes. "Una mujer gorda es menos aceptada que un hombre gordo, e incluso son las mismas mujeres las que exigen estos parámetros", comenta Claudia Dides, socióloga del Programa Equidad de Género y Políticas Públicas de Flacso.

SEGUNDA JORNADA

Aunque se han equiparado los criterios de felicidad entre ambos sexos, la brecha entre hombres y mujeres se hizo más grande aún, y los dardos apuntan a que ellas quedaron cargando la mochila de las labores domésticas. "Los hombres declaran que están participando, pero los estudios de uso de tiempo muestran que es sólo un discurso", dice Francisco Aguayo, sicólogo de la U. Católica experto en masculinidad.

Y es que, simplemente, a ellas les importa mucho más el tema, lo que las hace partir en desventaja en la carrera por la felicidad. En la última Encuesta de Salud y Calidad de Vida, el 42% de las mujeres dijo que siempre o casi siempre pensaba en la casa y la familia mientras estaba en el trabajo. Sólo un 15,5% de los hombres afirmó lo mismo. Diferencia que los fortalece: en Chile ser hombre aumenta en 38% la probabilidad de ser feliz. "Cuando la mujer se cuelga la cartera para ir a trabajar, se lleva con ella todas las preocupaciones: los niños, la nana, la casa, el jardinero", explica Birgit Nevermann, sicóloga y gerenta de Laborum Selección.

Esta tensión ha hecho que se sientan presionadas, "provocando una fragilización de la salud mental de las mujeres", explica Francisco Aguayo. En la encuesta de Cimagroup, las que trabajaban se reportaron entre 10 a 20 puntos menos satisfechas que los hombres en aspectos como la familia, apariencia física, la vida amorosa y la cantidad de tiempo libre del que disponen.

Un malestar que también se ha extendido a la salud física. Un estudio de los sicólogos de la Universidad Católica Eduardo y María Cecilia Barros comprobó que el conflicto familia-trabajo en mujeres profesionales tiene directa relación con más dolores de cabeza, musculares, gástricos y una peor alimentación.

RENUNCIO

Aunque muchas han retrasado la maternidad para poder dedicarse a sus carreras, otras tantas se ven obligadas a retroceder en su intento por ascender profesionalmente.

Según una encuesta norteamericana, del Families and Work Institute, en 1992 un 57% de las profesionales quería más responsabilidades en el trabajo. El año 2007, ese porcentaje bajó a un 28%. "El logro profesional conlleva responsabilidades que tienen consecuencias muy altas", explica Birgit Nevermann. "Por eso muchas mujeres terminan privilegiando a la familia".

Una solución recurrente es el emprendimiento femenino. "Sobre todo en los sectores socioeconómicos altos, muchas mujeres deciden empezar negocios propios para poder trabajar y estar con los hijos al mismo tiempo", explica Nevermann. Los últimos estudios en Chile lo ratifican: las mujeres son el grupo que más aumentó en emprendimiento.

FUENTE: http://www.latercera.com/contenido/741_141647_9.shtml

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